La Justicia anuló hoy el proceso relacionado con el asesinato en 2006 de la acaudalada empresaria Myriam Fefer, uno de los de mayor impacto mediático en los últimos tiempos en el Perú, con lo que la hija de la víctima, Eva Bracamonte, presa desde 2009 como supuesta autora intelectual, recobrará la libertad.
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema consideró que hubo irregularidades en el proceso en que se condenó a Bracamonte a 30 años de cárcel, por lo que será necesario un nuevo juicio, que la acusada, una ex universitaria de 25 años, afrontará en libertad.
Los abogados de la defensa habían insistido en la debilidad de las pruebas contra la hija de Fefer, cuya participación en el homicidio ha sido negada por el confeso autor material, el ladrón colombiano Hugo Trujillo Ospina.
Fefer, miembro del jet set limeño, fue estrangulada en su casa. Años después, a través de una delación anónima llegada por Internet desde Colombia, se supo que el asesino fue Trujillo Ospina, entonces preso en Argentina por otros delitos. El Perú obtuvo la extradición y el acusado reconoció haber matado a la empresaria durante un intento de robo.
La Fiscalía, no obstante, dijo tener evidencias de que el asesino había mantenido contacto con Bracamonte, lo que fue negado por ambos. La Justicia dispuso la detención de la joven y de su novia, Liliana Castro Manarelli, a quien se sindicó como cómplice.
Según los jueces, Bracamonte se beneficiaba económicamente con la muerte de Fefer. No obstante, se determinó que la millonaria era la joven, pues había recibido la herencia del abuelo y voluntariamente le había cedido la administración a la madre.
Los medios siguieron el caso con grandes espacios y allí tuvo fuerte presencia el otro hijo de Fefer, Ariel, que se convirtió en el gran acusador de su hermana. El joven cobró tal relevancia que terminó en figura de la farándula.
En 2012, un tribunal condenó a 35 años a Trujillo Ospina, a 30 a Bracamonte y absolvió a Castro Manarelli. El padre de la sentenciada, Marco Bracamonte, inició a su vez una campaña en defensa de su hija, en la que incluso insinuó conexiones de Ariel con el crimen.
La defensa de Eva se queja de que no se haya investigado a Ariel, pese a que éste, que también estaba con su novio de entonces en inmediaciones del escenario del crimen, se beneficiaba económicamente con la muerte de la madre y la prisión de la hermana, ya que a él no le había dejado herencia el abuelo.
Las sospechas de que hay cómplices se basan en la suposición de que Trujillo Ospina tuvo ayuda para ingresar a la casa. Empero, el delincuente, en la reconstrucción, demostró tener la habilidad para entrar trepando paredes, tal como ha narrado en su versión. /DPA