La Policía del estado de Río de Janeiro arrestó hoy a 18 personas acusadas de integrar la organización que controla el tráfico de drogas en la Rocinha, la mayor favela de esta ciudad brasileña, informaron fuentes oficiales.
Las detenciones fueron realizadas en una operación realizada por agentes de la Policía Militarizada y de la Policía Civil y que se proponía la captura de 58 personas contra las que fueron expedidas órdenes de prisión por supuestos vínculos con el narcotráfico.
La operación tiene como objetivo expulsar definitivamente a los narcotraficantes que permanecen en la Rocinha, barriada que fue fortín de las bandas criminales por muchas décadas hasta noviembre de 2011, cuando su control fue retomado por las autoridades en una acción que contó con centenares de policías y el apoyo de blindados y helicópteros del Ejército.
Pese a que la mayoría de los pistoleros había sido expulsada y a la instalación de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), como son conocidos los puestos policiales permanentes en las favelas arrebatadas a la criminalidad, algunos vendedores de drogas seguían actuando en esta barriada.
En junio pasado el turista alemán Daniel Benjamin Frank, de 25 años, fue tiroteado por miembros de las bandas de delincuentes que resisten en la Rocinha.
En la ocasión el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, admitió que el propio tamaño de la barriada pobre, en la que viven cerca de 70.000 personas, dificulta el total control de la misma.
Según la policía, algunas de las personas detenidas hoy integraban el grupo de pistoleros que en agosto de 2010 invadió el vecino y lujoso Hotel Intercontinental en un ataque que dejó a 35 turistas como rehenes por algunas horas y que provocó pánico en los alrededores.
Pese a que la policía detuvo a varios de los responsables por ese ataque, al menos nueve fueron beneficiados en abril pasado por una decisión judicial que les permite esperar el juicio en libertad.
La Policía espera que la operación de este sábado facilite las acciones de la UPP de la Rocinha.
La instalación de las UPP en favelas antes controladas por bandas criminales forma parte de una política de seguridad pública iniciada por la gobernación en 2008 para expulsar a las bandas de narcotraficantes de las principales barriadas de la ciudad antes de los Juegos Olímpicos que la ciudad albergará en 2016.
Esta política, que ha reducido significativamente los índices de violencia y criminalidad de Río de Janeiro, ha sido considerada modelo para otros países de la región por organizaciones multilaterales.
Hasta el momento la Policía ha instalado sus cuartelillos en una treintena de favelas o conjuntos de barriadas pobres, incluyendo la Rocinha y el Complexo do Alemao, que era el principal fortín del Comando Vermelho, la mayor organización criminal de Río de Janeiro. EFE