DPA
La fiscalía de Tarbes, en el Pirineo francés, confirmó hoy que los restos de carne hallados a medidados de noviembre en la vivienda de un joven de 26 años eran humanos.
La carne, con judías, estaba servida en un plato cerca de un cadáver. Por el momento, no está claro si el hombre lo comió.
Se sospecha que el ex soldado mató a un hombre de 90 años con una herramienta de metal. Retiró el corazón y la lengua para comer las partes restantes.
El joven, que fue ingresado en un centro psiquiátrico, afirma que escuchó voces que le indujeron a cometer esos actos.
El padre del presunto caníbal se mostró perplejo. "No lo entiendo, nadie lo entiende", dijo la semana pasada al diario "La Dépêche du Midi". "Es demasiado espantoso", señaló.