La segunda parte del juicio a policías militares por la masacre en la cárcel de Carandirú, que dejó 111 prisioneros muertos en 1992, se iniciará este lunes en un tribunal de Sao Paulo.
"En esta ocasión se procesará a 26 reos. Se prevé que el juicio se extienda toda esta semana", informó a la AFP un portavoz del tribunal penal de Barra Funda en Sao Paulo, donde se lleva a cabo el juicio.
Eran 28 acusados los que debían comenzar a ser juzgados durante la mañana de este lunes por la muerte de 73 presos, pero uno murió y otro está en evaluación psiquiátrica, añadió el portavoz.
El juicio que se inicia este lunes es la segunda parte de un proceso que fue dividido en cuatro, para juzgar en total a 79 policías militares por la muerte de los prisioneros, en la mayor tragedia carcelaria en la historia de Brasil.
Las cuatro partes del juicio corresponden a las muertes registradas en cada piso de esta prisión de Sao Paulo el 2 de octubre de 1992, cuando un operativo policial para contener una riña entre presos desembocó en rebelión.
La acusación asegura que los presos fueron ejecutados, mientras la contraparte señala que los policías dispararon en legítima defensa, porque estaban siendo amenazados y agredidos por los prisioneros amotinados.
Todos los policías que participaron en la acción resultaron ilesos. Otros 87 prisioneros quedaron heridos.
El proceso tardó más de dos décadas en realizarse porque inicialmente estaba en la justicia militar y luego pasó a la esfera de la justicia ordinaria. Una serie de recursos presentados por los reos a lo largo de los años también demoró su comienzo.
En abril pasado, en la primera parte del juicio, 23 policías fueron condenados a 156 años de cárcel cada uno.
Hasta antes de que se iniciara el juicio en abril, sólo había sido juzgado un acusado por esta masacre: el coronel que comandó la operación, Ubiratan Guimarães, que en 2001 fue condenado a 632 años de prisión por las muertes, pero más tarde apeló el fallo y fue absuelto.
Guimarães, también exdiputado estatal, fue hallado muerto en 2006 con un tiro en el pecho en su apartamento de Sao Paulo.
El penal de Carandirú era en la época el mayor presidio de América Latina con unos 8.000 prisioneros./AFP