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En la mañana de este martes, el dólar en Brasil rompió su máximo histórico y cruzó por primera vez la barrera de los 4 reales, en medio de tensiones políticas y económicas que azotarían al Gobierno de Dilma Rousseff.
El índice Ibovespa de la bolsa de Sao Paulo comenzó la jornada en números rojos y en las primeras operaciones cedía un 0,57 %, hasta los 46.323 puntos, en una sesión en la que el dólar alcanzó los 4,05 reales, su mayor cotización desde el surgimiento del real en 1994.
En el mercado de divisas, el real abrió a la baja y se depreciaba un 1,83 % frente al dólar, moneda que era negociada a 4,021 reales para la compra y a 4,023 para la venta.
En lo que va de año, la divisa brasileña cayó más del 50% frente a la estadounidense.
Anteriormente, en el año 2002 el dólar llegó a alcanzar los 4,0 reales pero no lo sobrepasó, en dicha época los mercados financieros estaban intranquilos por la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva, que era considerado por los inversores de la época como un izquierdista radical.
Rechazan medidas de Rousseff ante la crisis
La crisis política y económica se vio agravada por el escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras, algunos diputados han advertido que pondrán trabas a las medidas tomadas por la Presidenta para intentar equilibrar la economía, que incluyen reducción de gastos públicos y aumento de la recaudación de impuestos.
Con dichas iniciativas, el Gobierno brasileño buscaría revertir el déficit fiscal de 0,5% del PIB que prevé para el 2016 y convertirlo en superávit (antónimo de déficit presupuestario) primario equivalente al 0,7% del PIB, que era la meta inicial del Ejecutivo.
"Los programas de ajuste (fiscal) no andan. Ya perdimos el grado de inversión y, si continuamos, otras agencias van a hacer lo mismo", dijo a Efe el analista Joao Paulo de Gracia Correa, de la correctora SLW.
Gobierno debe actuar con "responsabilidad fiscal"
De acuerdo con el profesor de la Fundación Getulio Vargas, Istvan Kasznar, el Gobierno debe actuar con "responsabilidad fiscal" y emprender "reformas estructurales" ya que, a su juicio, "el déficit atemoriza mucho a los inversores".
Además de los problemas internos, el real brasileño se ha visto golpeado en los últimos meses por las dudas sobre China, la segunda mayor economía del mundo, y por el esperado aumento de los tipo de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU., lo que también ha afectado a otras monedas latinoamericanas.
A pesar de que la depreciación supone un impulso para las exportaciones, De Gracia precisó que la caída de la moneda brasileña es buena siempre y cuando no presione mucho a la inflación, la cual se espera que termine este año próximo a los dos dígitos.
"El real debía de tener una corrección, pero la corrección está siendo muy grande. Entramos en un ciclo peligroso: encarece los productos, presiona la inflación y entramos en el círculo vicioso", comentó el analista.
La inflación se ha convertido junto con el control de las cuentas en uno de los grandes quebraderos de cabeza del Gobierno, que ha intentado controlar el alza de los precios con un aumento de las tasas de interés, situadas en su mayor nivel en los últimos nueve años.
Además del aumento de la inflación, Brasil enfrenta un incremento de las tasas del desempleo y una economía en recesión, que, según los analistas del mercado financiero, cerrará el año con una contracción del 2,70 %, una tendencia que se mantendrá en 2016, para cuando se espera un retroceso del 0,8 %. /EFE
2015-09-22