Redacción 2001.com.ve| EFE
Horas después que se iniciara la sesión especial de este domingo, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el juicio político en contra la presidenta Dilma Rousseff con más de los 342 votos a favor requeridos.
Las votaciones quedaron: "Sí" obtuvo 367 votos, la opción "No", 137, abstenciones hubo 7 y diputados ausentes, 3.
Los promotores del proceso alcanzaron la preceptiva mayoría de dos tercios de los votos cuando aún no se habían pronunciado los 513 diputados y estallaron en algarabía al grito de "Fuera Dilma", en medio de las protestas del oficialismo que respondía "no habrá golpe".
El presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, declaró la sesión abierta "sobre la protección de Dios y en nombre del pueblo brasileño", en medio de gritos de "Fuera Dilma", coreados por los promotores del proceso, y del "no habrá golpe" del oficialismo.
Cunha pasó la palabra al diputado Jovair Arantes, quien como instructor de una comisión especial que analizó el mérito de las acusaciones se inclinó por recomendar que el proceso continúe.
La votación se hizo en forma nominal y cada uno de los 513 diputados fue llamado a manifestarse frente a un micrófono, según un orden geográfico determinado por los 27 estados del país.
Cada diputado no se tomó más que 30 segundos para votar, por lo que el trámite duró al menos unas cuatro horas y media.
Esta sesión fue precedida por debates que comenzaron la mañana del viernes, se prolongaron en forma ininterrumpida durante casi 43 horas, en las que intervinieron 389 diputados.
Para que el proceso llegara al Senado, que tuvo la palabra final sobre la eventual apertura de un juicio político contra Rousseff, la oposición necesitaba una mayoría calificada de 342 votos entre los 513 posibles.
Frente a la sede del Congreso se concentraron decenas de miles de personas, tanto contrarios al proceso como favorables a una posible destitución de la mandataria.
En el lado izquierdo, mirando hacia el Congreso, se ubicaron los movimientos sociales y sindicatos favorables a Rousseff, mientras que el derecho ha sido ocupado por quienes promueven la destitución.
La seguridad en esa zona ha sido reforzada por unos 4.000 agentes de la Policía, aunque las autoridades aseguran que otros 7.000 han sido acuartelados y estarán listos para "entrar en acción" si fuera necesario.
Rousseff sería separada del poder durante 180 días, que sería el plazo que el Senado tendría para realizar el trámite que pudiera concluir con su destitución.
Durante ese período, el lugar de Rousseff sería ocupado por el vicepresidente Michel Temer, quien rompió sus relaciones con la mandataria y ha dedicado las últimas semanas a consultas sobre lo que sería su posible Gobierno, pues si se llega a la destitución le tocará completar el mandato que acaba el 1 de enero de 2019.
2016-04-17