Durante los escasos segundos en que se estrecharon la mano durante el funeral de Nelson Mandela en Johannesburgo, los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Cuba, Raúl Castro, no hablaron de ningún tema político sino que se limitaron a unas palabras de "cortesía", dijo hoy la Casa Blanca.
"No mantuvieron una conversación robusta o sustancial sobre políticas, sino que se limitaron a intercambiar unas palabras de cortesía mientras el presidente (Obama) se dirigía a la tribuna", dijo hoy el portavoz alterno de la Casa Blanca, Josh Earnest.
"El presidente no tuvo oportunidad de enumerarle sus muchas inquietudes acerca de los abusos de los derechos humanos en Cuba", señaló.
Tampoco le pudo mencionar el caso de Alan Gross, el contratista estadounidense que cumple una condena de 15 años de cárcel en Cuba y que se ha convertido en uno de los principales escollos para un eventual acercamiento entre Washington y La Habana, agregó.
El inédito saludo público, ante millones de personas y cámaras de todo el mundo, entre los mandatarios de los dos países enfrentados desde hace más de medio siglo ha hecho correr ríos de tinta en las últimas 24 horas en todo el planeta. De hecho, llegó a opacar en cierto modo -según lamentó hoy la propia Casa Blanca- el objetivo central del acto: el homenaje al ex presidente sudafricano y líder de la lucha contra el apartheid Mandela.
En Estados Unidos han sido particularmente fuertes las críticas al improvisado saludo -se lleva asegurando desde la víspera que no estaba "planeado" de ninguna forma- que, según grupos y políticos conservadores, sirvió de "propaganda" al régimen cubano.
Earnest subrayó hoy que Obama "le estrechó la mano a todos los que estaban en la tribuna" y lamentó que la oposición republicana haya roto el "importante principio" de que las críticas al presidente cesan en el momento en que éste sale de viaje al extranjero.
Entre los republicanos que más subieron el tono de sus críticas por el "simbólico" gesto de Obama hacia Castro figuran la congresista de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen y el senador John McCain.
"Cuando el líder del mundo libre estrecha la mano sangrienta de un dictador despiadado como Raúl Castro, se convierte en un golpe de propaganda para el tirano", criticó Ros-Lehtinen.
Gestos como éste "no hacen más que darle a Raúl propaganda que permite apuntalar su régimen dictatorial", afirmó entretanto McCain, quien llegó a comparar el saludo entre Obama y Castro con el apretón de manos que se dieron el primer ministro británico Neville Chamberlain y el dictador nazi Adolf Hitler tras el Pacto de Múnich en 1938, por el que Reino Unido y Francia aceptaron la anexión de la región checa de los Sudetes a Alemania.
"Es desafortunado que viéramos a varios republicanos ayer que criticaron al presidente por un apretón de manos en el funeral de Mandela", replicó hoy Earnest, quien consideró que especialmente realizar comparaciones públicas con el "terrible régimen" de Hitler es algo "peligroso e imprudente".
Entretanto, hoy se supo que otro destacado republicano, el ultraconservador senador por Texas Ted Cruz, que formaba parte de la delegación del Congreso en el funeral de Mandela, abandonó la ceremonia cuando Castro tomó la palabra.
"El senador Cruz tiene grandes esperanzas de que Castro aprenda las lecciones de Nelson Mandela", dijo una portavoz del senador, también de origen cubano, a la cadena ABC News.
"Durante décadas, Castro ha encarcelado injustamente y torturado a innumerables inocentes. Al igual que Mandela fue puesto en libertad tras pasar 27 años en prisión, Castro debería liberar a sus presos políticos, debería celebrar elecciones libres y, de una vez por todas, liberar al pueblo cubano", agregó la vocera. /DPA