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Once paísesdel Asia Pacífico firmaron el jueves un ambicioso tratado comercial que comprenderá el 13% del comercio mundial el mismo día en que Estados Unidos, que desechó el acuerdo, se apresta a imponer nuevas barreras comerciales a las importaciones de acero y aluminio.
“Es un logro histórico”, dijo el canciller chileno Heraldo Muñoz al anunciar el comienzo de la ceremonia encabezada por la presidenta Michelle Bachelet y en la que cada uno de los ministros de Comercio firmó el documento.
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico -CPTPP por sus siglas en inglés y más conocido como TPP11- crea un bloque de 500 millones de personas cuyo ingreso per cápita promedio es de 28.000 dólares.
Los integrantes del nuevo tratado son Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Muñoz declaró que los países agrupados en el TPP11 esperan que el progreso y el crecimiento económico lleguen a todos “además de ser una fuerte señal en contra de las presiones proteccionistas en favor de un mundo abierto al comercio sin sanciones unilaterales y sin la amenaza de las guerras comerciales”.
Sin nombrarlo Muñoz aludió al presidente estadounidense Donald Trump, quien tras asumir en enero de 2017 retiró a su país de las negociaciones del tratado, que llevaban cuatro años, para proteger los empleos en su nación, según dijo.
Se espera que Trump firme probablemente el mismo jueves un decreto que impondrá aranceles de 25% a las importaciones de acero y de 10% al ingreso de aluminio.
En un mensaje en Twitter, Trump dijo el jueves que “debemos proteger y desarrollar nuestras industrias de acero y aluminio mientras al mismo tiempo mostramos una gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos y nos tratan justamente tanto en lo comercial como en lo militar”.
Muñoz precisó que los 11 países que integran el TPP suman “representan alrededor de 10 trillones de dólares en la suma de sus economías”.
“A través de los años Chile, México y Perú han demostrado una clara vocación por el libre comercio y la integración global que les ha servido bien. Lo que necesitamos es más comercio, más comercio intrarregional, pero también comercio con regiones lejanas para explorar complementos económicos”, dijo a The Associated Press el analista de Goldman Sachs, Alberto Ramos.
Un comunicado de ProChile, un organismo estatal que promueve las inversiones, y de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales chilena señaló que el TPP11 conserva la esencia del TPP original que incluía a Estados Unidos aunque incorpora 20 suspensiones “que se acordaron para resguardar los balances entre los 11 países”.
En su origen, cuando incluía a Estados Unidos, el tratado fue diseñado como un contrapeso al creciente poder de China en el comercio mundial.
Aunque el gigante asiático no participó en el acuerdo “siempre ha sido un férreo partidario de la liberalización del comercio y un participante importante en la cooperación e integración económica de la región Asia-Pacífico”, dijo el jueves el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi.
Agregó que su país espera que “los diversos esquemas de libre comercio en la región Asia-Pacífico puedan comunicarse y coordinar entre sí y tener una interacción beneficiosa, desempeñando un rol constructivo en sus respectivas zonas y resistiendo las tendencias proteccionistas”.
El tratado tiene sus detractores, entre ellos organizaciones femeninas chilenas que repudiaron que el gobierno de Bachelet, que concluye el domingo próximo, haya elegido el Día Internacional de la Mujer para su firma.
El TPP11 entrará en vigor luego que 60 días después sea ratificado por seis de los 11 países miembros. El visto bueno final lo deben dar los respectivos Congresos.
2018-03-08