La polémica sobre los programas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) continuó hoy en EE.UU. con nuevas revelaciones sobre problemas para una adecuada supervisión, en contraste con las dudas de funcionarios de inteligencia de que una mayor transparencia socave su efectividad.
Varios congresistas, tanto republicanos como demócratas, lamentaron las restricciones existentes para acceder a información clasificada sobre estos programas y los continuos obstáculos legales a los que se enfrentan para llevar a cabo la labor de supervisión.
La representante demócrata por Illinois y miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Jan Schakowsky, indicó en declaraciones al diario Washington Post que considera "insuficientes" las medidas de supervisión de estos programas por los congresistas.
Asimismo, James Sensenbrenner Jr., representante republicano por Wisconsin, criticó las audiencias sobre estos programas por estar diseñadas para evitar cualquier pregunta sobre el fondo de la cuestión y centrarse en aspectos legales.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, se refirió el pasado viernes a la utilidad de estos programas, filtrados por el exanalista de la CIA Edward Snowden, pero de los que reconoció que deberían mostrar más "transparencia", por lo que anunció ciertas medidas para reforzar la confianza de los ciudadanos.
En este sentido, el general retirado Michael Hayden, antiguo director de la NSA y la CIA, aplaudió al defensa de Obama de los programas aunque se mostró preocupado acerca de cómo las reformas podrían afectar a sus efectividad.
"El presidente está tratando de dar ciertos pasos para que los estadounidenses están más cómodos sobre lo que estamos haciendo. Eso va a ser difícil, porque francamente algunos de las medidas para que los ciudadanos estén más cómodos también les harán menos seguros", subrayó Hayden en la CNN.
Además, indicó que Snowden es un "desertor" ya que consiguió "su trabajo en la NSA para revelar nuestros secretos, se trasladó a un país extranjero y los hizo públicos".
Por su lado, el representante republicano por Nueva York Peter King también insistió en la importancia de los programas de la NSA para detener ataques terroristas.
No obstante, criticó a Obama por haber permanecido en silencio "durante dos meses", desde que el exanalista filtrase los documentos a los diarios Washington Post y el británico The Guardian.
De este modo, dijo King en una entrevista en la cadena CBS, "se había permitido que los seguidores de Snowden dominasen los medios de comunicación y ahora tengamos gente que realmente cree que la NSA espía a los ciudadanos"
"El presidente, como comandante en jefe, tiene la obligación de defender de agresiva y efectivamente estos programas y no lo hizo", indicó el congresista.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Obama citó la necesidad de reformar la supervisión de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (Fisa), que regula el espionaje en el extranjero; y la Sección 215 de la Ley Patriota, que autoriza la recolección de datos telefónicos de los estadounidenses.
Curiosamente, esta decisión de aumentar la transparencia fue considerada por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, también buscado por EE.UU por revelar documentos confidenciales, como una "victoria" para Snowden.
Con el anuncio de sus planes para reformar los programas de vigilancia estadounidenses, Obama "ha validado el papel de Snowden como denunciante" porque "sin sus revelaciones no conoceríamos los programas ni tendrían lugar las reformas".
El ex técnico de la CIA, de 30 años, aterrizó en Moscú el 23 de julio pasado, procedente de Hong Kong, y permaneció hasta el 1 de agosto en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétievo, sin haber podido volar a otro país ya que las autoridades de EE.UU. le anularon todos sus documentos.
La pasada semana las autoridades rusas le ofrecieron asilo temporal, lo que ha generado una crisis diplomática entre Washington y Moscú. /EFE