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Cargando bolsos llenos de jabón, medias, juguetes, artículos de tocador y otros bienes de consumo difíciles de obtener en Cuba, los viajeros a la isla caribeña se quejaron el lunes de que las nuevas restricciones de La Habana a sus importaciones causarán penurias a sus familias.
Los pasajeros en los primeros vuelos del día desde Miami se quejaron de las tarifas más altas y los límites a la cantidad de artículos que podían traer a sus parientes cubanos, furiosos por los precios altos y la falta de artículos de calidad.
En el aeropuerto internacional de La Habana parecía haber menos bicicletas, televisores de pantalla grande y otros artículos que suelen convertir los carruseles de equipajes en algo parecido a las estanterías de una tienda Wal-Mart.
"En el piso ya no hay maletines", dijo Arnaldo Roa, un trabajador de Miami que visitaba a su familia. Traía un bolso lleno de juguetes y ropa para su hija, pero no los artículos que solía traer a otros familiares.
"Me molesta", dijo. "Algunos familiares se van a poner bravos porque normalmente les traigo (cosas)".
La flexibilización de las normas de viaje por parte de Washington y La Habana en los últimos cinco años permite a los viajeros llevar productos por valor de casi 2.000 millones de dólares anuales.
El gobierno de la isla puso en vigor el lunes una serie de normas que limitan la cantidad de bienes que se pueden traer y elevan las tarifas aduaneras sobre muchos artículos permitidos. El gobierno dice que intenta poner coto a los abusos que han convertido los vuelos en un medio para que "mulas" profesionales importen ilegalmente tanto bienes para el mercado negro como insumos para empresas privadas legales que deberían adquirirlos al estado.
Ana María Pérez, trabajadora de una fábrica de asientos para avión en Florida, dijo que había pagado 95 dólares en tarifas aduaneras, mucho más que lo habitual.
"Ya nosotros tenemos que pagar bastante", dijo. "No entendí nada que dijeron, pero pagué".
El gobierno cubano dice que las restricciones tienen como fin frenar los abusos que han convertido especialmente el transporte aéreo en un medio para que "mulas" profesionales importen ilegalmente suministros tanto para el mercado negro como para las empresas privadas legales que se supone deben comprar suministros del Estado.
Las normas que entran en vigor el lunes están detalladas en 41 páginas y dan una idea de la cantidad y diversidad de los productos comerciales que llegan en el equipaje registrado.
Los viajeros ahora sólo podrán traer 22 libras (10 kilos) de detergente en lugar de 44; un conjunto de herramientas de mano en lugar de dos; y 24 sujetadores en lugar de 48. Aún se permiten cuatro neumáticos para auto, al igual que dos piezas de muebles para bebés y dos televisores de pantalla plana.
La aduana cubana también prohíbe a los pasajeros traer artículos por un valor superior a 1.000 dólares. En lugar de examinar los recibos, los agentes de aduanas tienen una larga lista para asignar valores preestablecidos a ciertos bienes (250 dólares a una consola de videojuegos, por ejemplo). Esos precios aumentan considerablemente con las nuevas reglas, de modo que es mucho más fácil alcanzar el límite de 1.000 dólares.
Las nuevas normas también aumentan las tarifas que se deben pagar por las mercancías enviadas desde el extranjero, otra fuente importante de productos extranjeros en la isla.
Últimamente los funcionarios se han volcado a las ondas y las páginas de la prensa estatal para asegurar a los cubanos que la amplia mayoría de los viajeros no se verán afectados. El objetivo de los cambios es "evitar que determinadas personas empleen los márgenes de importación no comercial establecidos hasta ahora, con el propósito de ingresar al país altos volúmenes de mercancías destinadas a la comercialización y el lucro", dijo el subjefe de la aduana, Idalmis Rosales Milanés, al diario oficial Granma el viernes.
Un pasajero, dijo el gobierno a modo de ejemplo, introdujo 41 monitores de computadora y 66 televisores de pantalla plana en un año.
Bienes por entre 1.700 y 1.900 millones de dólares fueron ingresados a Cuba en el equipaje de los viajeros el año pasado y el pasajero promedio trajo mercancías por valor de 3.551 dólares, según un sondeo de 2013 a 1.154 viajeros cubanos y cubano-estadounidenses realizado por The Havana Consulting Group, una consultora privada con sede en Florida que estudia la economía cubana.
"Es subsistencia, apoyo que ayuda mucho a la supervivencia de la familia cubana", dijo el presidente del Consulting Group, Emilio Morales. "Junto con las remesas de dinero en efectivo, es la fuente de ingresos más importante para la población cubana, no los sueldos que paga el gobierno".
Si bien su estudio no indagó en el destino final de los bienes, Morales dijo que, de acuerdo con su conocimiento del fenómeno, un 60% iba a las familias y el resto a los vendedores en el mercado negro.
Con la fuerte caída de las reservas en los últimos dos años, a medida que Cuba trata de reducir su deuda soberana y atraer inversiones extranjeras, dijo Morales, el gobierno necesita desesperadamente que los parientes en el extranjero reduzcan los envíos de bienes y aumenten las remesas en efectivo, sujetas a tarifas elevadas. Presumiblemente, también ayudaría a elevar las ventas de las tiendas controladas por el estado.
El cambio de normas también se ha hecho sentir en Miami, donde muchas tiendas se especializan en la venta de artículos a gente que viaja a la isla a visitar familiares. Muchos empleados reportaron una fuerte baja en las ventas, anticipando las nuevas normas.
2014-09-01