El Instituto de la Economía Alemana (IW) de Colonia calificó hoy el acuerdo de coalición de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel y el Partido Socialdemócrata (SPD) como un "cheque sin fondos", sin impulsos reales para la coyuntura y con grandes riesgos económicos.
Aunque el acuerdo contiene un declaración de intenciones sobre una continuación de la consolidación financiera, el IW considera esto poco fiable puesto que en los planes se prevé "gastar dos veces el mismo dinero".
"Los superavits de 15.000 millones de euros que se esperan hasta 2017 se destinan primero a la reducción de la deuda por debajo del 70 % del PIB. Por eso no pueden usarse, como lo plantea el acuerdo, para financiar el gasto planificado de 23.000 millones de euros", dijo el director del IW, Michael Huther, en una conferencia de prensa en Berlín.
El acuerdo, según el IW, desperdicia el buen momento de la economía alemana y, desde una actitud de desconfianza, pregona medida medidas que pueden estrangular la actividad inversora.
"Es un acuerdo de coalición dictado por la desconfianza, desconfianza hacia aquellos que están dispuestos a correr riesgos y a invertir en el país", dijo Huther.
El IW -instituto considerado cercano a las organizaciones patronales- critica la mayoría de los puntos centrales del acuerdo de coalición, como la introducción de un salario mínimo o la flexibilización de la norma que fija los 67 años como edad de jubilación.
En términos generales, el IW acusa al programa de la gran coalición de poner en riesgo la herencia de las reformas de la llamada Agenda 2010 del excanciller Gerhard Schröder, que revitalizaron a Alemania que a comienzos de siglo era considerado como "el hombre enfermo de Europa".
"Si recordamos la situación de hace diez años, vemos que hemos tenido una historia de éxito en la política económica. Ahora estamos a punto de poner en juego la herencia de la valiente Agenda 2010″, dijo Huther.
La posibilidad de jubilarse a los 63 años para aquellos que hayan cotizado durante 45 años es vista por el IW como algo que pone en peligro los recientes éxitos de los esfuerzos para aumentar el número de trabajadores mayores de 60 años.
Las mejoras en las pensiones para las madres con hijos nacidos antes de 1992, según Huther, "no ofrece estímulos económicos para el presente ni para el futuro pero implica cargas adicionales que empezarán siendo de 6.500 millones de euros al año".
La introducción de un salario mínimo interprofesional, además de ser considerado por el IW ineficaz como instrumento de lucha contra la pobreza, puede traer consigo un aumento del desempleo y frena la flexibilización del mercado laboral, que ha sido el fundamento del descenso del paro en los últimos años.EFE