El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, aseguró que su Gobierno ha detectado problemas de salud en su personal diplomático en China "muy similares" a los experimentados por 24 funcionarios estadounidenses en Cuba debido a unos supuestos ataques, cuyo origen se desconoce.
"Estamos trabajando para averiguar qué ha pasado en La Habana y también en China", afirmó Pompeo durante una comparecencia en el comité de Exteriores de la Cámara de Representantes.
Pompeo aseguró que los incidentes registrados en Guangzhou (China) son "muy similares y enteramente consistentes" con los síntomas que sufrieron los funcionarios estadounidenses en Cuba e informó al comité de que el Departamento de Estado piensa publicar a mediados de la semana próxima un informe sobre esos casos, identificados en un principio como "ataques acústicos".
Según informó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, desde finales de 2017 hasta abril de 2018, un funcionario de EE.UU. en Guangzhou alertó de unos anormales problemas de salud.
Entonces, ese empleado fue enviado a Estados Unidos para que fuera evaluado y los médicos descubrieron que tenía síntomas similares a aquellas personas que han sufrido una conmoción cerebral o una lesión cerebral traumática, problemas similares a los sufridos por el personal diplomático de Cuba.
Para informar a sus empleados en China, el Departamento de Estado organizó el 23 de mayo unas reuniones en su embajada de Pekín y sus cinco consulados para que los funcionarios estadounidenses pudieran preguntar y resolver sus dudas sobre el suceso, según detalló Nauert.
"El Departamento de Estado se toma este incidente muy en serio y está trabajando para determinar la causa y el impacto de este incidente", afirmó Nauert.
Indicó, además, que el Departamento enviará un equipo médico al consulado de Guangzhou a principios de la próxima semana para que puedan hacer exámenes médicas a los funcionarios.
Ese incidente dañó las ya delicadas relaciones entre Estados Unidos y Cuba, puesto que Washington ha acusado a La Habana de saber quién perpetró los supuestos ataques a sus funcionarios y sus familiares, y de no haberles protegido adecuadamente, algo que niega el Ejecutivo cubano.