2001Online.com | EFE
Si hasta ahora la pandemia del coronavirus está afectando especialmente a los países más desarrollados, como los de Europa o EEUU, la COVID-19 puede "golpear más fuerte" a los más pobres, donde hay una menor "capacidad de respuesta", según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
El economista para América Latina del FIDA, Paolo Silveri, afirmó en entrevista con EFE que existe "un fuerte riesgo de que una crisis sanitaria se transforme en una crisis de alimentos y en una crisis humanitaria", dadas las debilidades del mundo rural.
Según explicó Silveri, las limitaciones a los movimientos impuestos por muchos países para evitar los contagios de coronavirus tienen graves consecuencias en el mundo rural, ya que ni los agricultores ni los productos perecederos pueden acceder a los mercados.
Al complicarse el movimiento y el acceso a determinados productos, se produce "un aumento de los precios en los alimentos sin que esto se traduzca en una ganancia para el productor".
Además, miles de trabajadores informales en las ciudades vuelven a sus pueblos, "lo que genera una presión adicional a las familias en el campo y en consecuencia una pérdida de ingresos" al no contar con las remesas que estos trabajadores enviaban.
El economista no cree que haya un problema de desabastecimiento a corto plazo, ya que los países cuentan con importantes reservas de productos de primera necesidad, pero si la situación se alarga el mundo se enfrentará a "un problema más serio".
Los países con un mayor riesgo son aquellos más pobres y más afectados por situaciones de inestabilidad, tanto por guerras (algunos países africanos y de Oriente Medio) como por desastres naturales.
Silveri cita el caso del noreste de Brasil, donde se ha dado una sequía de siete años, "algo nunca visto desde que hay registros", lo que lo expone a una mayor vulnerabilidad frente a la actual crisis.
En África el principal problema se da en las carencias de material del sistema sanitario, como por ejemplo en Somalia, donde no hay ningún respirador, por lo que la pandemia "sería una tragedia con consecuencias dramáticas".
El responsable del FIDA para la región ve con mayor optimismo la situación en América Latina, que tuvo la oportunidad de "prepararse un poco más" que China o Europa, pero lamenta la actuación de Brasil, cuya pretendida inmunización natural "puede tener un costo muy alto en vidas".
Valora positivamente, en cambio, que la región haya dado una respuesta conjunta para no limitar la circulación de alimentos en las fronteras y ningún país haya prohibido las exportaciones, como hizo Vietnam al inicio de la crisis.
Frente a esta situación, el FIDA, agencia dependiente de Naciones Unidas y que funciona como un una institución financiera, lanzó el pasado día 20 de abril un fondo de estímulo de 40 millones de dólares y para el que esperan recaudar 200 millones más.
Esta cantidad irá destinada a "servicios financieros, digitales, a la apertura de mercados y a la asistencia inmediata en el abastecimiento de semillas y fertilizantes para los agricultores".
Además, se reconvertirán algunos de los proyectos que la agencia ya estaba llevando a cabo, para así "responder a las exigencias inmediatas de la población rural".
Silveri cree que la nueva crisis económica y alimentaria que provocará el coronavirus será "otro elemento de retroceso" en la lucha global contra la pobreza y el hambre que marcan los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Para cumplir estos objetivos, fijados para 2030, ya había "un atraso muy fuerte" en términos de inversión económica, algo que la actual pandemia no ha hecho más que empeorar.
Otro riesgo "con una relación muy estrecha" con el coronavirus es el cambio climático, ya que la deforestación para ampliar cultivos y su consiguiente impacto sobre animales salvajes es una de las causas de la aparición de este virus.
"Espero que las prioridades de la política a nivel mundial cambien, que los sistemas productivos se ajusten y que tengan en cuenta los efectos del cambio climático", confía Silveri.
Sobre la intervención de agencias como el FIDA en situaciones de emergencia, el economista afirma que "el nivel de adhesión de países y comunidades aumenta mucho" una vez superadas crisis como esta, lo que "aumenta las posibilidades de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible".
2020-04-30
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