El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de publicar un informe sobre Pakistán en el que, además de advertir de la delicada situación económica del país, incide, en contra de lo habitual, en problemas de seguridad.
En el apartado de riesgos, el FMI destaca los "relevantes problemas de insurgencia" que afronta el país y alerta de que la retirada de las tropas aliadas de Afganistán puede empeorar el panorama.
El organismo financiero abunda, en su informe, en la pésima situación de seguridad en la provincia occidental de Baluchistán y en el puerto meridional de Karachi, e incluso va más allá al criticar las intervenciones del Tribunal Supremo en materia económica.
Analistas locales citados por el diario Express Tribune mostraron su sorpresa por la inclusión de este tipo de consideraciones poco habituales en los informes del FMI y las relacionaron con la debilidad de las instituciones económicas paquistaníes.
"La seguridad es el mayor problema de Pakistán, así que resulta casi inevitable que el FMI lo mencione en sus documentos", opinó a Efe el exministro de Comercio, Zuber Khan, que afirmó que la ayuda del Fondo es "absolutamente esencial" para su país.
Para este experto, que comparte a grandes rasgos la visión del FMI, los tres grandes retos económicos del país son el déficit fiscal, la caótica situación energética -que provoca la necesidad de enormes subsidios públicos- y el déficit de las empresas estatales.
El equipo del organismo internacional que firma el estudio visitó Pakistán hace dos meses para evaluar la petición de un nuevo paquete de ayuda financiera por valor de 6.700 millones de dólares para los próximos años, que finalmente ha sido aprobado.
El FMI constata en su informe la mala salud económica de Pakistán, con un crecimiento anual de solo el 3 % en los últimos cinco años, "insuficiente" a la luz del crecimiento demográfico del país, cercano también al 3 %.
Según Naciones Unidas, casi la mitad de los paquistaníes viven bajo el límite de la pobreza y, de acuerdo a los últimos datos actualizados, un 23 % de la población del país subsiste con menos de un dólar diario.
Los responsables del FMI reconocen los esfuerzos de la Liga Musulmana (PML-N), formación aupada al Gobierno el pasado junio, pero recuerdan que el déficit (uno de los bastiones del programa electoral del PML-N) sigue disparado por encima del 8 % del PIB.
La crisis económica, que no ha podido ser enderezada por el programa de reformas del nuevo Ejecutivo conservador, ha llevado las reservas de divisas por debajo de los 6.000 millones de dólares, suficientes para cubrir solo las importaciones de seis semanas.
El Gobierno anunció a su llegada al poder que no recurriría de nuevo al FMI para paliar sus ingentes necesidades financieras después del fiasco de un paquete de ayuda de más de 11.000 millones concedido al anterior Ejecutivo del ahora opositor Partido Popular.
Sin embargo, las urgencias de una economía que hace aguas han obligado a los gestores económicos a una dosis de realismo que los han llevado a volver al redil del FMI y a aplicar sus consejos de contención presupuestaria.
El Ejecutivo anunció ayer, en línea con la política de privatizaciones del organismo multilateral, el inicio de la venta de la compañía aérea estatal, PIA, que no deja de acumular pérdidas y que ha esquivado la quiebra solo gracias a la intervención estatal.
"La privatización es la única solución para las grandes empresas públicas de Pakistán, ya que los sindicatos son demasiado poderosos y bloquean cualquier intento de reforma del Gobierno", afirmó el exministro Khan respecto a la venta de la maltrecha aerolínea.EFE