España cerró hoy el primer día de competición de los Mundiales con una medalla de bronce, la conquistada por Ona Carbonell en la final de solo técnico de la sincronizada.
En su debut en un Mundial como solista, Carbonell consiguió subir al tercer cajón del pódium (94.400), justo por detrás de la insuperable Svetlana Romashina, oro (96.800), y de la china Xuechen Huang, plata (95.500).
Se mantuvo así la hegemonía del pasado Mundial de Shangai, donde Andrea Fuentes, la predecesora de Carbonell, tampoco logró arrebatar la segunda posición a Huang, hoy día la gran rival de las españolas. Superarla era el objetivo de Carbonell, en su primera presentación como solista del equipo español, uno de los dominadores de la natación sincronizada en la última década.
"He luchado por la plata, pero no ha podido ser", dijo Carbonell, muy seria, pese al metal logrado. "Abrir aquí la competición, con este resultado y esta gente ha sido muy emocionante", aseguró, pese a la inexpresividad de su rostro.
Carbonell cargaba con la responsabilidad de ocupar el lugar que estaba destinado a la recientemente retirada Andrea Fuentes. Y en el imaginario de la afición local, incluso a Gemma Mengual, reina de la sincronizada española y ahora miembro del cuerpo técnico del equipo español.
"Ona ha nadado bien y empezar la competición con una medalla es un buen chute (impulso) para lo que queda", apuntó Mengual, que ha trabajado directamente con la nadadora española.
"Voy a ir con todas mis fuerzas a por la plata en el solo libre, que es mi plato fuerte", anunció Carbonell, que mañana también nadará el dúo técnico y la prueba combinada.
Desde que inició su despegue, hace justo diez años, en el anterior Mundial de Barcelona, España le ha seguido la estela a Rusia, la gran potencia de la sincronizada, y ha acuñado un sello propio de originalidad que la distingue de sus rivales.
En el aspecto técnico, no obstante, China ha logrado superar a las españolas en varias ocasiones, especialmente desde los Juegos Olímpicos de Pekín.
"Ona tiene una potencial brutal y es muy buena técnicamente, pero la nadadora china saca cinco centímetros más de pierna del agua y eso es mucho trabajo", ilustró Anna Tarrés, ex seleccionadora española y ahora comentarista de televisión.
Después de conquistar dos medallas olímpicas en Londres, Tarrés fue despedida, de manera sorprendente, en diciembre de 2012. Su marcha y la posterior retirada de Andrea Fuentes, a pocos meses del Mundial, sembraron dudas sobre la capacidad de las españolas para mantener su estatus.
Tras la primera medalla de hoy, Carbonell concluyó: "Éste ha sido un año muy difícil, pero ahora empiezan a llegar las recompensas"./AFP