2001.com.ve | EFE
La excarcelación de 91 "presos políticos" el lunes en Nicaragua no abarcó a algunos de los opositores convictos más emblemáticos, según informó este martes el conglomerado de abogados Defensores del Pueblo.
El dirigente opositor Edward Lacayo, el expolicía Edwin Hernández, el antiguo militar sandinista Marvin Vargas y el manifestante Jaime Navarrete, son algunos de los "presos políticos" más emblemáticos y que han estado encarcelados por meses o años.
Lacayo, conocido como "La Loba Feroz", lideró las protestas antigubernamentales en 2018 en la ciudad de Masaya (Pacífico), cuando sus habitantes la declararon "territorio libre del dictador", en referencia al presidente Daniel Ortega. Lacayo, cuyos familiares han afirmado que sufre torturas y escapó de ser asesinado por un carcelero, fue capturado en marzo pasado cerca de la frontera del sur de Nicaragua y ahora cumple una condena de 15 años de prisión.
Hernández era un teniente de la Policía de Nicaragua hasta junio pasado, cuando decidió renunciar a través de un video, en el que explicó que se negaba a "actuar contra el pueblo", y en el que denunció que muchos agentes que supuestamente andaban en misión en realidad estaban presos por no cumplir órdenes fuera de la ley.
El expolicía fue capturado horas después de su denuncia, cuando intentaba huir hacia Honduras. Otro "preso político" emblemático es Vargas, arrestado en 2011 por dirigir a un grupo de exmilitares de los años de 1980, que exigían beneficios sociales a Ortega, quien en su primera etapa como presidente implementó el Servicio Militar Patriótico, compuesto por jóvenes a quienes el Gobierno llamaba "los cachorros de Sandino", quienes posteriormente quedaron sin estudios ni empleo.
Aunque Vargas, quien según sus familiares sufre de cáncer en la próstata, fue condenado a cinco años de prisión en un juicio, hasta ahora las autoridades se niegan a darle libertad.
Navarrete, quien ya había estado un año en prisión por protestar contra Ortega, fue uno de los primeros "presos políticos" en ser capturados, en julio pasado, tres semanas después de que el Gobierno lo había excarcelado bajo la Ley de Amnistía.
Los familiares de Navarrete afirman que, como producto de las torturas, el reo sufre episodios de epilepsia, una fractura en la nariz le obstruye la respiración y tiene lesiones psicológicas tras haber sido objeto de agresiones físicas y amenazas de muerte dentro de la cárcel. Estos detenidos emblemáticos forman parte de una lista de al menos 65 disidentes calificados como "presos políticos" por la oposición, que rechaza los delitos comunes alegados por el Gobierno.
La captura de opositores se da en medio de una crisis sociopolítica que, desde el estallido popular contra Ortega en abril de 2018, ha dejado cientos de presos, muertos y desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que responsabiliza al Gobierno de Ortega por la violencia, señala que al menos 328 personas han muerto en el marco de la crisis. Organizaciones locales cuentan hasta 651. El presidente admite 200. Ortega sostiene que se defiende de un "golpe de Estado fallido".
2020-01-01
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