Los féretros que contienen los restos del obispo guatemalteco Juan José Gerardi, asesinado en 1998 y los del arzobispo Próspero Penados, fallecido en 2005, son expuestos hoy en la Catedral Metropolitana, donde serán sepultados el próximo viernes.
Fuentes de la Iglesia Católica explicaron a Efe que durante las primeras horas de este miércoles los restos fueron exhumados de las criptas que están ubicadas en la parte posterior de la Catedral y se trasladaron en dos autos fúnebres al interior del recinto religioso.
Desde hoy los dos féretros permanecerán expuestos en una especie de velatorio para que los feligreses puedan rezar y el viernes serán inhumados en la Capilla San Sebastián, ubicada en el ala derecha del ingreso a la Catedral Metropolitana.
Los restos de ambos prelados serán sepultados en la misma tumba. Primero irá el de monseñor Próspero Penados del Barrio y luego el de Gerardi, explicó a Efe un trabajador de la Catedral.
El traslado se debe a que las criptas son demasiadas pequeñas para el gran número de feligreses que con frecuencia visitaban las tumbas del obispo y arzobispo, "que aún son muy queridos", expresó el párroco José Luis Colmenares.
Hasta ahora, los únicos restos que están en la Catedral son los del cardenal Rodolfo Quezada Toruño, quien murió el 4 de junio de 2012 de causas naturales.
Colmenares celebró este mediodía (hora local) una misa en memoria de Penados y Gerardi, y también en el del Santo Hermano Pedro, canonizado en 2002 por el ya fallecido papa Juan Pablo II.
Gerardi fue asesinado a golpes el 26 de abril de 1998 en la cochera de la Iglesia San Sebastián, situada a unos 200 metros de Casa Presidencial.
Este crimen fue cometido 54 horas después de hacer público el informe interdiocesano denominado Recuperación de la Memoria Histórica (REHMI), Guatemala Nunca Más, que documentó más de 55.000 violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado (1960-1996), y la mayoría se le atribuyó al Ejército.
Dos militares, el coronel Byron Lima Estrada y su hijo el capitán Byron Lima Oliva, así como el sacerdote Mario Orantes, fueron condenados a 20 años de prisión en 2001 por el crimen del obispo.
Lima Estrada y Orantes recuperaron su libertad este año al aplicarles las autoridades la redención de penas.
Mientras, Lima Oliva sigue en prisión por haber cometido irregularidades en los documentos con los que solicitó la redención de su pena, y las autoridades lo acusaron de falsificación.
Penados del Barrio murió de causas naturales el 13 de mayo de 2005 a la edad de 79 años. EFE