Los diputados franceses se disponen a adoptar mañana la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, un proyecto que ha provocado gran tensión y cuyos oponentes pretenden seguir combatiendo después de su aprobación.
Símbolo del eléctrico ambiente que rodea esta ley, impulsada por el presidente socialista, François Hollande, es la carta de amenaza recibida hoy por el presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, firmada por un grupo denominado Interacción de Fuerzas Armadas (IFO), que augura "sufrimiento físico" a los diputados socialistas si no aceptan su "ultimátum" de retirar la ley antes de su votación.
En el sobre que contenía la misiva se descubrió un polvo oscuro que, tras ser analizado, resultó ser pólvora de munición, que concuerda bien con la amenaza que encierra la carta: "Nuestros métodos son más radicales y expeditivos que las manifestaciones. Habéis querido la guerra y la vais a tener".
Un tono verbal que dista mucho del utilizado por los convocantes de las manifestaciones contra el matrimonio homosexual, que se desmarcan de todos los hechos violentos que se han registrado en los últimos días.
El colectivo "Manif pour tous", cabeza visible de los detractores del matrimonio homosexual, asegura que no relajará la presión de las manifestaciones, que continuarán una vez que la ley entre en vigor.
De momento han convocado una nueva concentración para el próximo día 5, víspera del aniversario de la elección de Hollande como presidente, y otra para el 26 de mayo, día de la madre.
Además, reciben con satisfacción el anuncio de que la ley, una vez aprobada, será llevada ante el Consejo Constitucional.
Su petición pasa por convocar un referéndum sobre el asunto, una alternativa bien acogida por los diputados conservadores, que aseguran que anularán la ley si llegan al poder y consultarán al pueblo.
La gran respuesta popular que encuentran las manifestaciones contra el matrimonio homosexual ha convertido a esta iniciativa en un buen reclamo electoral y los responsables de la "Manif pour tous" no descartan incluso presentar candidatos a las municipales del año próximo en aquellas ciudades donde ninguno de los que se presenten defiendan sus ideas.
Es el caso de Estrasburgo, donde la actual alcaldesa conservadora se ha pronunciado a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Manif pour tous" quiere también desmarcarse de los grupúsculos de extrema derecha o ultracatólicos que en los últimos días, afirman, han protagonizado enfrentamientos violentos con la policía en las concentraciones de protesta.
Los socialistas consideran que el caldo de cultivo creado por las manifestaciones contra el matrimonio entre personas del mismo sexo ha favorecido el incremento de los actos homófobos denunciado por las asociaciones de homosexuales.
El portavoz del grupo de homosexuales Lesbianas, Gays Bi y Trans (LGBT) Nicolas Gougain, asegura que los detractores de esta ley han "levantado los complejos del discurso homófobo", lo que en su mente "justifica las agresiones".
La última tuvo lugar en la madrugada del pasado sábado, cuando una pareja de gays fue pateada cuando abandonaba una discoteca homosexual de Niza, en el sureste.
Mientras tanto, la ley superará mañana medio año de trámites parlamentarios y una vez que el texto sea ratificado por Hollande, Francia se habrá convertido en el décimo-cuarto país del mundo que autoriza a casarse a dos personas del mismo sexo.
Una opción que se abrió en 2001 en Holanda y que posteriormente adoptaron Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Argentina, Islandia y Dinamarca.
Uruguay y Nueva Zelanda se han sumado este año y el Reino Unido tiene muy avanzado el trámite parlamentario para sumarse al grupo, en el que también están una decena de estados de Estados Unidos, algunos de Brasil y de México. EFE