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Durante su visita al continente africano, el papa Francisco devolvió “la esperanza” a refugiados en el barrio PK5, quienes se encuentran bajo amenaza constante de las milicias armadas cristianas.
“Creíamos que todo el mundo nos había abandonado, pero él no. Él quiere también a los musulmanes. Estoy muy feliz”. Confesó un anciano Idi Bohari.
Las personas se congregaron a lo largo de una carretera, algunos enseñaban la bandera blanca y amarilla del Vaticano, bajo la vigilante mirada de decenas de cascos azules de la Minusca (misión de la ONU para la estabilización de la República Centroafricana) encargados de controlar la zona.
Ousmane Abakar, portavoz de la comunidad musulmana de Bangui, piensa lo mismo. "Ha llegado el momento de hacer las paces definitivamente", después de dos años de caos que han devastado la República Centroaficana. /Con información de AFP
2015-12-01