EFE
El ministro de Exteriores de Irak, Ibrahim al Yaafari, convocó hoy al embajador estadounidense en Bagdad, Douglas Silliman, para transmitirle su "sorpresa" por la decisión de vetar la entrada a EE.UU. a los ciudadanos iraquíes, además de a los nacionales de otros seis países de mayoría musulmana.
En un comunicado, Al Yaafari afirmó que su Gobierno "rechaza la decisión y pide revisarla, al mismo tiempo que asegura el mantenimiento de las mejores relaciones entre Bagdad y Washington".
Pidió a la Administración estadounidense que "aprecie los sacrificios iraquíes en la guerra contra el terrorismo", que están librando en su propio país.
"Los iraquíes son víctimas del terrorismo, hacen frente a sus crímenes y están persiguiendo a los batallones del (grupo terrorista) Estado Islámico de una ciudad a otra" del territorio nacional, resaltó.
Asimismo, señaló que "Irak hace frente a los terroristas de Dáesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico) que han venido de más de cien países del mundo, incluido EE.UU. y otros países democráticos", los cuales "nunca han sido juzgados por ello".
Al Yaafari subrayó que "nunca ningún iraquí ha estado implicado en actos de terrorismo en Estados Unidos u otros países".
Al mismo tiempo, destacó que "la comunidad iraquí en todos los países del mundo tiene buena reputación y no hay evidencias de su implicación en actos terroristas".
Por su parte, el diplomático estadounidense dijo al titular de Exteriores que va a transmitir su mensaje al Gobierno de Donald Trump, que el pasado viernes emitió un decreto ley que suspende tanto la entrada de todos los refugiados durante 120 días como la concesión durante 90 días de visados a siete países (Irán, Siria, Irak, Somalia, Sudán, el Yemen y Libia).
Silliman recalcó a Al Yaafari que su Administración ha prometido continuar su apoyo a Irak en esta nueva etapa.
2017-01-30