La compañía estadounidense Google argumentó hoy ante el Tribunal Superior del Reino Unido que la justicia británica no tiene jurisdicción para tramitar la demanda presentada en enero por un grupo de internautas que le acusan de violar su privacidad.
Un grupo de usuarios británicos del navegador de Apple, Safari, demandó a principios de año al gigante de internet por presuntamente haber controlado las búsquedas a través de ese navegador y haberles enviado publicidad personalizada entre primavera de 2011 y verano de 2012.
Registrada en Delaware (EEUU) y con sede principal en California, la multinacional informática considera que los tribunales británicos no son el lugar adecuado para interponer demandas contra ellos y pide a los usuarios insatisfechos que presenten sus quejas en Estados Unidos.
Entre esas quejas, los demandantes incluyen el mal uso que supuestamente hace Google de la información privada, la colocación ilegal de "cookies" en los dispositivos de los usuarios, la "violación de su confianza" y la infracción de la Ley de Protección de Datos británica de 1998.
El grupo demandante alega que Google actuó en contra de lo que dicta una enmienda de 2009 a una directiva de la Unión Europa en la que se establece que hay que pedir consentimiento antes de guardar "cookies" (herramientas empleadas por las páginas web para recordar las preferencias de un usuario) en un dispositivo.
Liderado por la británica Judith Vidal-Hall, exdirectora de la revista "Index On Censorship", el grupo señala que el control "clandestino" que ejerció Google en ese periodo causó "angustia y vergüenza entre los usuarios británicos" y pide que responda ante los tribunales del país.
"Google tiene un papel muy grande en el Reino Unido. Tiene una página específica para este país, tiene trabajadores aquí, vende publicidad aquí y gana dinero aquí, así que es ridículo que no responda ante nuestros juzgados", subrayó Vidal-Hall.
Además, calificó el intento de Google de que los usuarios interpongan sus demandas en Estados Unidos de "arrogante e inmoral".
El defensor de Google en la causa, Antony White, señaló que para que la demanda prospere es necesario demostrar que la conducta denunciada ha sido "repetida o continuada" y advirtió de que, si los demandantes ganaran, la indemnización por daños sería "muy modesta".
White apuntó que para que los demandantes ganaran el juicio harían falta "muchas pruebas muy técnicas sobre el funcionamiento de los navegadores, las páginas web y las cookies", y que el proceso podría costar alrededor de 1,2 millones de libras (1,9 millones de dólares). EFE