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Hillary Rodham Clinton inició formalmente su campaña presidencial el sábado con una mención entusiasta a la posibilidad de ser la primera mujer en estar a cargo de la Casa Blanca.
Pidió a sus miles de simpatizantes en el mitin en la isla Roosevelt del río Este que se unieran a ella para construir un Estados Unidos "donde no dejemos a nadie afuera ni atrás".
Con el centro de Nueva York y el nuevo World Trade Center detrás de ella, se presentó como una defensora acérrima de aquellos que aún pasan apuros tras la Gran Recesión.
Prometió continuar con el legado liberal del presidente Barack Obama, así como de los expresidentes Franklin D. Roosevelt y Bill Clinton, su esposo.
"La prosperidad verdadera y duradera debe ser construida por todos y compartida por todos", dijo la exsecretaria de Estado, primera dama y senadora demócrata por Nueva York.
Clinton se comprometió a trabajar para lograr un "Estados Unidos donde un padre pueda decirle a su hija: sí, puedes ser lo que quieras ser, incluso presidente" del país.
"Creo que ahora ustedes ya saben que mucha gente me ha llamado de muchas formas", afirmó ante los vítores y risas de la multitud de unas 5.500 personas. "Y una de ellas no es ser alguien que se dé por vencida".