EFE
El Cairo inició este lunes, 06 de mayo, a medio gas el mes sagrado musulmán de Ramadán, con sus calles casi vacías, las cafeterías cerradas y los egipcios cargados de ilusión por redescubrir los valores de su religión y reforzar los lazos familiares, a pesar de las dificultades económicas.
Las calles cairotas, conocidas por sus interminables atascos, presentan hoy un aspecto medio vacío y son pocos los peatones que transitan por ellas, salvo algunos que se acercan a los mercados o a las mezquitas bajo un sol ardiente y una temperatura de alrededor de 37 grados.
Asimismo, las puertas de una gran parte de los locales comerciales y de los cafés están cerradas, mientras que algunos restaurantes, por ejemplo, aprovechan el mes del ayuno para realizar obras.
Entre los locales que están abiertos, destacan las tiendas que venden los "fanús", una lámpara tradicional que los egipcios suelen colgar en sus casas y sus calles, en uno de los rituales más famosos en Egipto durante el mes de ramadán.
Abdalá al Shadeli, vendedor de esas lámparas en una de las tiendas de campaña establecidas en la calle Ahmed Orabi, en el acomodado barrio de Mohandesín, explicó a Efe que sus clientes empezaron a comprar los "fanús" hace tres meses como preparación para el mes del ayuno.
"Es un símbolo egipcio, para los egipcios se trata de algo muy importante", señaló Al Shadeli, que también se quejó de que la noche anterior no durmió porque tuvo que esperar al "zuhur", la última comida que los musulmanes pueden tomar hasta el anochecer durante este periodo sagrado.
El director de la Herencia Cultural en la Universidad Francesa en Egipto, Fikri Hasán, explicó a Efe que el uso de los "fanús" se remonta a la era fatimí (909-1171) y que existen varias teorías sobre el origen de esa costumbre.
Según la suya, los fatimíes, cuando entraron en Egipto para completar la dominación de su imperio sobre el norte de África, empujaron a los egipcios, que solían salir a la calle durante las noches de ramadán, a utilizar los "fanús" como una manera para asegurar la ciudad.
En el barrio islámico antiguo de Jan al Jalili, la frecuencia de personas es más intensa, ya que acoge la histórica mezquita de Al Husein, muy concurrida por los fieles, sobre todo durante el mes del ayuno.
Para los musulmanes, incluidos los egipcios, el Ramadán es un periodo de descubrimiento de la religión. Muchos de ellos rezan más, leen el Corán y abandonan los hábitos prohibidos por el islam como el consumo del alcohol.
Asimismo, pasan más tiempo con sus familiares durante la ruptura del ayuno a la puesta del sol, saliendo con ellos para pasear o rezar la oración voluntaria del "Tarauih" en la mezquita y compartiendo la comida del "zuhur" al final de la noche.
"Nuestra costumbre es unirnos en el primer día del ramadán en familia, en la misma casa, para romper el ayuno", dijo a Efe Ibrahim Abdeltauab, un comerciante de 41 años de edad en el barrio de Jan al Jalili.
Además, explicó que los egipcios suelen romper el ayuno con bebidas como el "jashaf", que se hace con agua, dátiles, higos secos, pasas y otros frutos secos, o el "qamar al dín", que es un zumo de albaricoques secos.
Esas bebidas se toman con dulces locales como la "kanafa", que es un pastel de queso calado con un líquido a base de azúcar, y el "qatayef", compuesto de una masa húmeda, que se come relleno de nueces y crema.
Por otra parte, en diferentes barrios fueron instaladas varias tiendas de campaña financiadas por voluntarios, que ofrecen comida para romper el ayuno a las personas pobres o a las que trabajan lejos de su domicilio.
En Jan al Jalili, el comerciante Abdeltauab, que vende sus productos a los turistas, subrayó que el mes del ayuno se celebra este año en medio de dificultades económicas, sobre todo por culpa "del monopolio de los productos básicos y del colapso del precio de la libra egipcia ante el dólar".
Otro factor que ha influido negativamente en la economía egipcia es la importante caída del turismo, debido a la inestabilidad que vive el país.
Abdeltauab se toma esa situación con humor y precisa que, ante la disminución de los turistas occidentales, la mayoría de sus clientes son egipcios y de otros países árabes, muchos de ellos también fieles seguidores del periodo sagrado musulmán del Ramadán.
Fotos: AP
2016-06-06