Los cerca de 150 indígenas brasileños que desde hace ocho días ocupaban las obras de la gigantesca planta hidroeléctrica de Belo Monte, en la Amazonia, suspendieron hoy la protesta y se desplazaron a Brasilia, para sostener reuniones con integrantes del gobierno de Dilma Rousseff.
La protesta indígena fue suspendida gracias a un acuerdo con el gobierno, que ofreció un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para transportar el grupo a Brasilia.
El grupo se reunió con el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, y con los ministros de Minas y Energía, Edison Lobao, de Salud, Alexandre Padilha, y de Medio Ambiente, Isabella Teixeira, para presentar sus demandas, entre ellas la suspensión de la construcción de Belo Monte.
Los representantes de las naciones Munduruku, Xipaya, Kayapó, Arara y Tupinambá exigen además que el gobierno consulte a los pueblos originarios antes de poner en marcha sus proyectos de construcción de plantas hidroeléctrias en la Amazonia.
Ante la negativa del gobierno en suspender la construcción de Belo Monte, los indígenas optaron por la ocupación de las obras, que fueron suspendidas en dos ocasiones durante el pasado mes de mayo.
"No nos causa ningún placer salir de nuestras casas en nuestras tierras y colgar hamacas en sus edificios. Pero, ¿cómo no venir? Si no venimos, perderemos nuestra tierra", argumentaron los indígenas, en una carta abierta divulgada el 27 de mayo pasado, cuando se inició la ocupación más reciente.
Los líderes de la protesta sostienen que las obras de Belo Monte "hacen desaparecer los peces" de los ríos de la región y afectan a lugares donde están enterrados sus antepasados.
La planta de Belo Monte es el proyecto más ambicioso y polémico del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) lanzado en 2007 por el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva, y enfrenta la oposición de indígenas y de ambientalistas, que temen que la hidroeléctrica genere graves problemas sociales y ambientales.
Cuando entre en operación -posiblemente en 2015-, la planta, cuyo costo es calculado en 11.000 millones de dólares, será la tercera más grande del mundo, y tendrá capacidad para generar hasta 11.233 megavattios. /DPA