EFE
La Guardia Civil española intervino más de 375 kilos de cocaína negra procedente de Venezuela y desmanteló el laboratorio donde se procesaba y adulteraba en una operación saldada con seis detenidos, tres venezolanos, dos italianos y un español.
La cocaína negra es muy difícil de detectar con los métodos habituales, ya que la droga se mezcla con una sustancia sólida de color negro que la hace casi imperceptible en los controles fronterizos.
"Implica una facilidad al atravesar la frontera, pero también vulnerabilidad porque necesitan una estructura en el destino", destacó hoy en rueda de prensa el jefe de la unidad policial que llevó a cabo la operación, José Daniel Baena.
Durante la investigación, que contó con el apoyo de la agencia antidroga estadounidense (DEA), los agentes españoles siguieron a una pareja venezolana en Barcelona (noreste) asignada por la organización para supervisar el proceso químico, la venta y distribución de un cargamento que se dirigía a territorio español oculta en un velero.
Durante la vigilancia de la pareja, se detectó una nave a las afueras de Barcelona con fuerte olor a productos químicos, que se procedió a registrar junto con dos habitaciones de hotel.
Los registros se saldaron con la intervención de 1.050 litros de productos químicos y diversos precursores y útiles de laboratorio, dos pistolas y munición, placas de matrícula, 57,7 kilos de pasta de cocaína, 4.200 euros y documentación.
En paralelo a esta actuación, los agentes inspeccionaron la embarcación sospechosa que atracó en el puerto de Santa Cruz de la Palma (isla en el atlántico, frente a costa con Marruecos), en la que hallaron 318 kilos de cocaína negra oculta en planchas, en un doble fondo sellado con cemento en el depósito de combustible del navío.