El Gobierno de Irlanda se declaró hoy "conmocionado" por el caso de una mujer que viajó a Londres para someterse a un aborto debido al rechazo de un hospital irlandés a interrumpir su embarazo, pero murió horas después en un taxi.
El caso, que ocurrió en enero de 2012 pero fue revelado hoy por el diario "The Irish Times", sale a la luz pocos días antes de que entre en vigor la nueva ley del aborto en Irlanda, que autoriza por primera vez la interrupción del embarazo en ciertas circunstancias.
La mujer, de 32 años y de nacionalidad no irlandesa, aunque con residencia en Dublín, se sometió a un aborto en una clínica privada de Londres después de que un hospital irlandés se negara a interrumpir el embarazo, de unas 20 semanas, porque violaba la ley.
Tras permanecer un tiempo en observación, la mujer fue dada de alta y en un trayecto en taxi murió "de forma repentina", declaró hoy un portavoz de la Policía de Londres a los medios irlandeses.
El portavoz policial añadió que las autoridades continúan investigando este caso.
"Estamos tremendamente conmocionados", afirmó hoy la ministra irlandesa de Infancia, la conservadora Frances Fitzgerald, cuyo Gobierno logró sacar adelante hace dos semanas en la Cámara Baja del Parlamento la primera ley del aborto de la historia irlandesa.
A esperas de que el Senado también dé su visto bueno, el aborto todavía es ilegal menos cuando la vida de la madre está en riesgo, pero sólo se recoge de manera vaga en la Constitución y está, además, sujeto a la interpretación de los médicos, que normalmente tienden a negarse a interrumpir embarazos por miedo a consecuencias legales o por convicciones religiosas en un país mayoritariamente católico.
La nueva ley, que debería entrar en vigor antes de agosto, aspira a detallar con claridad en qué casos se autorizará la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre esté en peligro, lo que incluye también la amenaza de suicidio, si bien seguirá siendo, según sus críticos, una de las más restrictivas de Europa.
Según cifras oficiales británicas, casi 4.000 mujeres de Irlanda viajan cada año al Reino Unido para someterse a un aborto.
Para Fitzgerald, la muerte de la mujer el pasado año en el taxi londinense "plantea cuestiones" que han sido abordadas en la nueva ley del aborto irlandesa.
La ministra señaló hoy que "esas mujeres" que "regresan a este país" (después de someterse a un aborto en el extranjero) deben saber que tienen a su disposición tratamientos postoperatorios "muy buenos".
Según el relato ofrecido por el marido de la fallecida a "The Irish Times", la embarazada, madre ya de una niña de dos años, estaba sufriendo una gestación problemática y el tratamiento ofrecido por los médicos irlandeses planteaba el riesgo de que se volviera estéril tras el parto.
Ante esta posibilidad, la pareja solicitó la interrupción del embarazo, lo que fue denegado ya que, entre otros motivos, la vida de la madre no corría peligro y, según la Constitución irlandesa, el derecho a la vida del "no nacido" también debe ser respetado.
La nueva ley posiblemente no impedirá que vuelvan a ocurrir casos similares, pero sí podría evitar muertes como la de Savita Halappanavar, la mujer india que falleció en un hospital irlandés después de que se le denegara un aborto pese a su embarazo problemático.
Savita, de 31 años y embarazada de 17 semanas, falleció el 28 de octubre de 2012 de septicemia en un hospital de Galway (oeste de Irlanda), después de que los médicos se negaran a practicarle un aborto alegando que estaba en un "país católico" y la ley lo impedía mientras latiera el corazón del feto, pese a que el estado de la mujer empeoraba. EFE
Lunes 22/07/13
(RB)