El gobierno del presidente sirio Bashar Assad ya no está en peligro de caer, aseguró el domingo el líder del grupo extremista libanés Jezbolá en entrevista con un diario libanés.
En entrevista con el periódico As-Safir, Hasán Nasralá también dijo que la amenaza de ataques en el Líbano "ha disminuido considerablemente" por las "medidas adoptadas a lo largo de la frontera entre Siria y Líbano".
Extremistas de Jezbolá se han enfrentado a largo de la frontera siria contra los rebeldes que quieren derrocar a Assad. El apoyo de los combatientes del grupo chiíta fueron determinantes para que las fuerzas del gobierno expulsaran a los rebeldes de sus bastiones en la frontera entre ambos países.
Sin embargo, la participación pública de Jezbolá en los tres años que lleva el conflicto ha enardecido las tensiones sectarias en el Líbano. Los musulmanes sunitas apoyan a los rebeldes sirios.
En semanas recientes, extremistas sunitas han lanzado ataques contra bastiones de Jezbolá por todo Líbano, diciendo que son en venganza por ayudar al gobierno sirio.
Mientras, Nasralá dijo que "el peligro de que caiga el régimen sirio ha terminado".
Por otra parte, el domingo se informó que un ataque con morteros cerca de la Casa de Opera de Damasco dejó dos personas muertas, reportó la prensa estatal siria.
Los rebeldes a menudo disparan proyectiles de mortero contra el centro de Damasco desde sus posiciones en torno a la ciudad.
Sin embargo, este tipo de ataques se ha intensificado en las últimas semanas en respuesta al avance de las fuerzas de Assad en las zonas insurgentes de los alrededores de la capital y la frontera con el Líbano.
El sábado, 22 personas resultaron heridas a causa del cañoneo de morteros en Damasco.
El conflicto en Siria comenzó en marzo de 2011 con masivas protestas en demanda de democracia. Hasta ahora más de 150.000 personas han fallecido en la guerra, según activistas.
AP