dpa
El juicio sobre la masacre de 111 presos durante un motín en el penal de Carandirú, en Sao Paulo, terminó hoy en Brasil con la condena a 48 años de cárcel de los últimos 15 agentes de la policía militarizada en ser juzgados en el proceso, que se prolongó por un año.
En total, han sido condenados 73 policías por su participación en la peor tragedia de la historia del sistema carcelario brasileño, ocurrida el 2 de octubre de 1992.
El juicio fue dividido en cuatro etapas, la última de las cuales terminó este miércoles en el foro judicial del barrio Barra Funda, en Sao Paulo. El jurado aceptó por unanimidad los argumentos de la Fiscalía, que sostuvo que los 15 agentes llevados al banquillo de acusados actuaron en grupo con el objetivo de matar a los reclusos amotinados.
La defensa de los agentes pidió su absolución, argumentando que en aquel momento no se habían realizado exámenes forenses para definir qué agentes habían sido responsables de las muertes de los 111 presos.
El juicio se inició en abril del año pasado, con la condena de 23 policías a 156 años de cárcel por las muertes de 13 reclusos que ocupaban el segundo piso de Carandirú.
En julio del año pasado, otros 25 agentes fueron condenados a 624 años de cárcel por el asesinato de otros 52 reclusos del tercer piso y, en marzo último, otros diez policías recibieron penas de entre 94 y 104 años de cárcel, por las muertes de ocho presos del quinto piso.
Pese a las rigurosas penas, ninguno de los condenados fue llevado a la cárcel, ya que sus sentencias no son definitivas y todos tienen el derecho de aguardar en libertad la sentencia de un recurso de apelación.
Hasta la realización de la serie de juicios terminada hoy, el único condenado por la masacre había sido el comandante del operativo policial, el coronel Ubiratan Guimaraes, quien fue sentenciado en 2001 a 632 años de cárcel.
Cinco años más tarde, sin embargo, un tribunal anuló el primer juicio y, meses después, el coronel Guimaraes fue asesinado a tiros en su residencia en Sao Paulo en circunstancias jamás aclaradas. Su novia llegó a ser acusada por su muerte, pero fue absuelta por insuficiencia de pruebas.