La defensa del exvigilante voluntario de ascendencia peruana George Zimerman, que disparó y mató en 2012 en Florida (EE.UU.) al adolescente negro desarmado Trayvon Martin, de 17 años, presenta hoy los argumentos de cierre del caso.
La defensa intentará convencer al jurado, compuesto de seis mujeres, de que Zimmerman, de 29 años, mató al muchacho en defensa propia, por lo que pedirá su absolución.
Zimmerman está acusado de asesinato en segundo grado, un delito por el que podría ser condenado a cadena perpetua, de ser declarado culpable en un tribunal de la pequeña población de Sanford, en el centro de Florida.
El jurado podrá considerar también el cargo de homicidio involuntario, después de que la jueza encargada del caso, Debra Nelson, resolviera este jueves que podía deliberar sobre dicha imputación, una decisión que la defensa trató inútilmente de echar por tierra, porque defiende su absolución.
Una vez que la defensa exponga su versión de los hechos, la magistrada instruirá al jurado sobre aspectos legales para que comience la deliberación y emita el veredicto: culpable de asesinato en segundo grado, culpable de homicidio involuntario o no culpable de ninguna de las imputaciones.
De ser declarado culpable de asesinato en segundo grado, Zimmerman podría afrontar una condena de cadena perpetua. Un veredicto de culpable de homicidio no premeditado podría acarrearle una condena de hasta 30 años de cárcel.
La Fiscalía de Florida expuso este jueves los argumentos de cierre con los que intentó convencer al jurado de que Zimmerman mató al adolescente negro porque asumió, erróneamente, que este era un delincuente.
El exvigilante voluntario Zimmerman, de 29 años, identificó equivocadamente a Martin como un criminal, le persiguió, tras obviar la recomendación de la Policía, se enzarzó en un pelea con este y lo mató de un tiro a quemarropa, subrayó el fiscal Bernie de la Rionda en la exposición de los hechos registrados en febrero de 2012.
"A los ojos de este hombre (Zimmerman)", el adolescente negro "no era para nada bueno", resaltó De la Rionda, quien explicó que "la suposición" de Zimmerman de que Martin era un criminal "no era verdadera y concluyó con la muerte del muchacho desarmado", cuyo "cadáver habla y prueba" que el exvigilante "está mintiendo".
Retrató a Zimmerman como un vigilante que "exageró los hechos" porque "sabía que tenía que recurrir a la ley de defensa propia", que actuó como un policía, algo que no es, asumió que Martin era un criminal porque llevaba la capucha de la sudadera puesta y mintió luego repetidas veces al contar lo sucedido.
La versión de Zimmerman sobre su actuación en defensa propia se fundamenta en que Martin le pegó un puñetazo en la nariz, le empujó y, al caer al suelo, el muchacho se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a golpearle y sacudir su cabeza contra el suelo, por lo que tuvo que dispararle.
El hispano ha mantenido siempre que disparó esa noche en defensa propia contra Martin, quien regresaba a la casa de la pareja de su padre y caminaba por la urbanización de Sanford con la capucha de la sudadera puesta, lo que despertó sus sospechas. EFE