La Corte Penal Internacional (CPI) solicitó hoy a Nigeria que detenga "de inmediato" al presidente sudanés, Omar Al Bashir, que está de visita en el país, y que le entregue a la Corte para ser juzgado.
La CPI recordó a Nigeria que forma parte del Estatuto de Roma y que, por lo tanto, "tiene la obligación de ejecutar las órdenes de la Corte", de modo que si incumple la solicitud de cooperación, se podría remitir la cuestión al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, según un comunicado de La Haya.
Al Bashir está acusado de haber cometido en Darfur cinco tipos de crímenes de lesa humanidad (asesinato, exterminio, traslado forzoso, tortura y violación) y otros dos de crímenes de guerra (dirigir intencionalmente ataques contra la población civil o contra civiles que no participaron en las hostilidades y los saqueos).
Además, se le presentan tres cargos de genocidio cometidos contra los grupos étnicos fur, masalit y zaghawa.
La CPI recordó que se han emitido ya dos órdenes de arresto de Al Bashir, pese a lo que "el sospechoso sigue en libertad".
La Corte Penal Internacional ha informado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a la Asamblea de los Estados Partes en el Estatuto de Roma de las visitas de Al Bashir a Yibuti, Chad y Kenia, "así como de la falta de cooperación de Malaui y Chad" para su detención.
"Corresponde al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y a la Asamblea de los Estados Partes adoptar todas las medidas que consideren oportunas para garantizar la plena cooperación con la Corte Penal Internacional", recordó el tribunal con sede en La Haya.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, por su parte, se mostró "preocupada" por la visita de Al Bashir a Nigeria, un Estado parte del Estatuto de Roma, la carta fundacional de la CPI, y recordó a ese país que el presidente de Sudán está buscado por el Alto Tribunal por crímenes de guerra y contra la humanidad.
En este sentido, reiteró la importancia de que todos los Estados miembros de la ONU acaten e implementen las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad bajo el artículo VII de la Carta de la ONU, en este caso la resolución 1593, que establece remitir los crímenes en Darfur a la CPI.
"La CPI es un instrumento valioso que permite a las víctimas de violencia o de abusos de los derechos humanos y a sus representantes, incluidos Estados, luchar contra la impunidad por los crímenes más graves cometidos", señaló.
"El genocidio y los crímenes contra la humanidad y de guerra tienen que ser castigados y el proceso judicial debe ser garantizado con medidas nacionales e internacionales", recalcó Ashton, quien reiteró en este contexto su "pleno apoyo" a la CPI.
El conflicto en Darfur se desató cuando grupos insurgentes se levantaron en armas en febrero de 2003 contra el régimen de Al Bashir, que llegó al poder mediante un golpe de estado en junio de 1989, y en protesta por la pobreza y la marginación que sufre la región.
Desde entonces, la guerra civil ha causado 300.000 muertos, según datos de la ONU, y 2,7 millones de desplazados. EFE