EFE
La historia de los movimientos pacifistas y su "papel fundamental" en Reino Unido conforman la muestra "Poder Ciudadano: Luchando por la Paz", una manera de explorar los conflictos desde múltiples perspectivas" y de mostrar la "gran creatividad" generada por aquellos que se han opuesto a las guerras.
La exposición que podrá verse en el Museo Imperial de la Guerra de Londres del 23 de marzo al 28 de agosto, está formada por más de 300 objetos para realizar un recorrido por el pacifismo desde la I Guerra Mundial hasta nuestros días.
El comisario de la muestra, Matt Brosnan, explicó hoy, en un pase para la prensa, que se trata de una recopilación "única" con el objetivo es "explorar la guerra y los conflictos desde múltiples perspectivas", destacando "los movimientos pacifistas y su papel fundamental en la historia de Reino Unido", señaló el comisario.
El visitante podrá ver cientos de pinturas, cartas, afiches, pancartas, banderas, insignias y vídeos para poner de manifiesto la "gran creatividad" generada por aquellos que se han opuesto a los conflictos bélicos a lo largo de las últimas décadas.
Distribuidos en salas y ordenada cronológicamente -la Primera Guerra Mundial y los años veinte, los años treinta y la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la Era Moderna- la muestra explora tanto actos individuales como colectivos de protesta contra el conflicto armado y su variedad de formas de expresión.
Con el primer gran conflicto bélico a nivel mundial, la Gran Guerra (1914-1918), comenzaron también los primeros movimientos pacifistas modernos de la mano, sobre todo, de los llamados objetores de conciencia.
Se calcula que 16.000 personas en el Reino Unido se negaron a combatir alegando objeción de conciencia -que tenía que ser aprobada por un Tribunal dispuesto a tal efecto- y eran entonces reasignados a otras labores ajenas al campo de batalla.
Estas personas solían ganarse la hostilidad del resto de la sociedad, algo reflejado en la primera parte de la exposición, donde también se muestra el impacto de esta guerra en artistas y poetas de la época, como el pintor Paul Nash, cuya obra "Wire"(1918), que puede verse en la muestra, plasma los horrores de la contienda.
Otras de las piezas destacadas son el manuscrito del poema "The General" de Siegfried Sassoon, por primera vez expuesto, y una carta escrita por el autor del famoso personaje Winnie the Pooh, Alan Alexander Milne, exponiendo su activismo pacifista.
Durante los años treinta los movimientos antiguerra cobraron aun más fuerza con la creación de grupos por la Paz en Reino Unido, como ·The Peace Pledge Union·(PPU), que contó con numerosos apoyos y, en la Segunda Guerra Mundial, los objetores de conciencia llegaron a 62.000.
La sala dedicada a la Guerra Fría es la más amplia de la colección y explora una nueva era, dominada por el miedo a un apocalipsis nuclear.
Fue en esta época cuando el artista Gerald Holtom diseñó el logo del desarme nuclear para la primera marcha de Aldermaston contra la Guerra Nuclear (1958), que se convertiría a lo largo de los años sesenta y hasta nuestros días en el símbolo por excelencia de la paz.
La cada vez más estrecha relación entre la cultura popular y la oposición a la guerra durante este tiempo, que contó con grandes exponentes como Joan Baez, John Lennon y Yoko Ono, se observa a lo largo de esta sección.
La primera Guerra del Golfo(1990-1991), la Guerra de los Balcanes (1991-1995), la Guerra de Afganistán (2001-2014) y la segunda Guerra de Irak (2003-2011) han sido los últimos conflictos que han desencadenado oleadas pacifistas, recogidas en la última parte de la exposición y donde destacan pancartas y objetos que pertenecieron al activista Brian Haw.
Haw permaneció diez años, desde 2001 hasta su muerte en 2011, acampado ante el Parlamento de Westminster, en Londres, para denunciar la política exterior del Gobierno Británico y se convirtió en un símbolo del movimiento pacifista de Afganistán e Irak.