Los efectos radiactivos de los ensayos nucleares que realizó Francia en el desierto del Sahara en la década de 1960 llegaron hasta las costas del sur de España y a las islas italianas de Sicilia y Cerdeña, según documentos oficiales publicados hoy por "Le Parisien".
De acuerdo con las mediciones que hicieron los militares franceses tras la explosión de la primera bomba el 13 de febrero de 1960, el impacto radiactivo 13 días después alcanzaba no sólo todo el norte, el oeste y el centro de África, sino que desbordaba por el norte hasta el extremo sur de Europa.
En un mapa que fue desclasificado por el ministro francés de Defensa en abril del pasado año junto a otros documentos sobre los ensayos atómicos y presentado hoy por el diario, se ve la expansión de esa radiactividad conforme pasaban los días hasta las costas del sureste de España, Sicilia y Cerdeña.
En cualquier caso, los militares subrayaban en sus informes que las dosis constatadas eran "generalmente muy débiles" y sin consecuencias, salvo en las proximidades inmediatas del lugar donde se produjeron las explosiones, en el desierto argelino.
Así, reconocieron que se superaron los umbrales de radiactividad en lugares como Arak, cerca de Tamanrasset, donde el agua resultó contaminada, y también en Yamena, la capital de Chad.
El especialista de pruebas atómicas Bruno Barillot hizo notar a "Le Parisien" que las normas de riesgo que se tenían en cuenta en esa época "eran mucho menos estrictas que ahora y los progresos de la medicina han demostrado desde entonces que incluso unas dosis débiles pueden desencadenar enfermedades graves al cabo de diez, veinte o treinta años".
Barillot precisó que algunos radio-elementos generados por los ensayos atómicos, como el yodo 131 o el cesio 137 pudieron ser inhalados por las poblaciones de la región y "nadie duda hoy de que esos elementos radiactivos están en el origen de cánceres o enfermedades cardiovasculares".
El especialista denunció que el Ministerio de Defensa seleccionó los documentos que desclasificó de forma interesada para que no se conozca toda la verdad.
Una acusación rechazada por ese departamento, que recordó que fue "una comisión consultiva independiente", sin la intervención del Ejército, la que hizo la criba.
Francia realizó cuatro ensayos con otras tantas bombas entre 1960 y 1961 en el Sahara antes de la independencia de Argelia, y las pruebas continuaron después con 13 explosiones suplementarias hasta 1966, un año antes de que el Ejército abandonara el Sahara como terreno de operaciones, ya que las autoridades del nuevo Estado le habían autorizado a quedarse cinco años.
En 2004, la justicia francesa abrió una investigación sobre la base de las denuncias de veteranos franceses que habían participado en esos ensayos y se quejaban de sufrir enfermedades derivadas de su exposición a la radiactividad.
Una ley de 2010 reconoce como víctimas a algunos de esos veteranos, lo que por el momento ha permitido la aceptación de una docena de expedientes de los 800 presentados.
Eso no cubre a las alrededor de 150.000 personas que viven en las zonas de las explosiones en Argelia. EFE