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La situación de la titular de Justicia italiana se complica por unas escuchas

Viernes, 01 de noviembre de 2013 a las 07:30 pm
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La situación de la ministra de Justicia de Italia, Annamaria Cancellieri, se complica por momentos tras hacerse públicas unas escuchas telefónicas que apuntan a que medió para intentar sacar de prisión a una conocida suya, detenida por el escándalo de la gestión de la aseguradora Fondiaria Sai.

La difícil posición de Cancellieri, quien fue ministra de Interior con el tecnócrata Mario Monti, acapara hoy toda la atención de la actualidad política, después de que el Movimiento 5 Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo haya anunciado su intención de presentar una moción de censura contra ella.

El escándalo en torno a la ministra, a la que el Ejecutivo de coalición italiano y la Presidencia de la República expresan lo que los analistas políticos consideran como un apoyo tácito, surge en torno a la investigación de la Fiscalía de Turín por ocultar la aseguradora Fondiaria Sai al mercado en 2010 un agujero de casi 600 millones de euros existente en el fondo de reserva de siniestros de la compañía.

La investigación de esta cuestión llevó a la detención en julio pasado del presidente honorario de la aseguradora, Salvatore Ligresti (que dados sus 81 años de edad terminó en arresto domiciliario), así como otros directivos y tres hijos suyos, entre ellos Giulia Maria, acusados de falsedad en cuentas y manipulación de mercado.

Sobre esta última detenida se centra el caso, pues han salido a la luz la existencia de unas escuchas telefónicas que apuntan a que la ministra de Justicia intercedió para que se le concediera el régimen de arresto domiciliario y saliera de prisión, algo que ocurrió a finales de agosto tras una pericia médica a su favor.

Cancellieri defendió este cambio de régimen por motivos "humanitarios", al considerar que corría peligro su vida, pues la hija del presidente honorario de Fondiaria Sai había perdido varios kilos desde que entró en prisión al negarse a comer.

Las escuchas realizadas por los investigadores al entorno de la familia Ligresti ponen de relieve los contactos mantenidos con la ministra desde el mismo día de las detenciones, el 17 de julio, cuando Cancellieri asegura a la compañera sentimental del patriarca, Gabriella Fragni, que "cuente" con ella para lo que sea.

Tras una primera negativa a concederle el arresto domiciliario, la familia de Giulia Maria contacta a la ministra de Justicia, tras lo que la propia Cancellieri "sensibilizó" a dos subdirectores de departamento de la administración penitenciaria sobre la situación de la adinerada reclusa, según reconoció ella misma durante una declaración que hizo como testigo ante el fiscal de Turín.

La compañera sentimental de Salvatore Ligresti reconoce que es amiga de Cancellieri desde hace más de 40 años, algo a lo que se suma el hecho de que un hijo de la ministra, Piergiorgio Peluso, fuera nombrado en 2011 directivo de la aseguradora, en la que hizo un cuestionado trabajo que terminó con un millonario finiquito.

En declaraciones a la cadena de televisión pública Rai Uno, Cancellieri dijo hoy que se encuentra "muy serena y tranquila, dispuesta a responder a cualquier pregunta", en un momento en el que llega una nueva polémica para el Ejecutivo de Enrico Letta, tras la reciente crisis de Gobierno superada tras el movimiento fallido del ex primer ministro Silvio Berlusconi.

"La mía fue una intervención humanitaria, movida por la existencia de un detenido que podía morir. Si hubiera muerto, ¿qué habría pasado?", se preguntó la ministra, quien aseguró que no hay presos de categoría A y B y que el próximo martes comparecerá ante el Senado para dar explicaciones sobre este caso. EFE