Delegados de Corea del Norte y del Sur iniciaron su quinto encuentro en este mes para negociar la apertura del complejo industrial de Kaesong, único proyecto conjunto vigente hasta que el pasado abril se suspendieron sus operaciones.
El primer contacto del encuentro de hoy tuvo lugar a las 10:00 (1:00 GMT) en la localidad suroccidental norcoreana de Kaesong, ubicada a escasos kilómetros de la frontera con el Sur, informó a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación.
"Haremos todos nuestros esfuerzos para lograr resultados que sean aceptables para los ciudadanos", comentó a los medios Kim Ki-Woong, jefe de la delegación de Seúl, antes de cruzar la frontera para acudir a la cita.
A lo largo del día tendrán lugar varias rondas de encuentros entre los tres delegados del Norte y tres del Sur, y la duración de las mismas dependerá del desarrollo de las conversaciones bilaterales, según Unificación.
En las cuatro últimas reuniones, que tuvieron lugar los días 6, 10,15 y 17 de julio, las partes no lograron superar sus diferencias y apenas variaron sus respectivas posturas, por lo que hasta ahora ha permanecido estancado el diálogo para buscar una solución al cierre de Kaesong.
Pyongyang ha solicitado en todos los encuentros normalizar cuanto antes y sin condiciones la situación del complejo, mientras Seúl le exige activar mecanismos de salvaguarda que eviten que vuelva a cerrar unilateralmente Kaesong y que garanticen su funcionamiento al margen de la situación política y diplomática.
Corea del Sur también ha propuesto internacionalizar el polígono industrial para abrirlo a la inversión extranjera, lo que a priori aportaría mayores garantías a las empresas que operen allí.
Tras ocho años funcionando de forma casi ininterrumpida, Kaesong cerró sus puertas el pasado 9 de abril, después de que Corea del Norte retirara a todos sus obreros, en plena campaña de amenazas contra Seúl y Washington.
Unos 54.000 trabajadores norcoreanos fabricaban allí productos para 123 empresas de Corea del Sur, gracias a un acuerdo alcanzado durante la etapa de buenas relaciones que ambos vecinos vivieron a principios de la pasada década.
Este polígono industrial conjunto aportaba beneficios a las firmas sureñas al contar con mano de obra muy barata -sueldos medios de unos 130 dólares al mes- y suponía una importante fuente de divisas para el Norte, cuyo Gobierno se asigna gran parte de las remuneraciones de los empleados. /EFE