El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, llegó esta tarde a Ginebra para participar en las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, que parecen estar en su etapa final con un sólo tema importante por resolver.
Un grupo de seis potencias, el denominado G5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania), negocian desde el miércoles con Irán la forma de garantizar los fines pacíficos de sus actividades nucleares.
Esta es la tercera ronda de negociaciones con el equipo iraní formado tras la llegada al poder, el pasado agosto, del presidente de Irán, Hasán Rohaní, quien ha mostrado claras intenciones de resolver la confrontación con Occidente debido a las actividades nucleares de su país.
Lavrov es el primer ministro de Exteriores en sumarse a las negociaciones.
También se ha anunciado que su homólogo chino, Wang Yi, viajará a Ginebra, mientras que se espera que el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, también decida hacerlo en las próximas horas.
Se considera que la llegada de Lavrov tiene como fin dar un impulso final a las negociaciones y resolver el último gran punto pendiente para llegar a un acuerdo.
Este se refiere a la planta de agua pesada de Arak, que está en construcción y donde se generará plutonio, un elemento que puede ser utilizado de forma alternativa al uranio enriquecido para la fabricación de una bomba nuclear.
Esta cuestión ha causado desacuerdos en el grupo que forman las seis potencias que negocia con Irán.
Francia ha reclamado que se detenga por completo la edificación de esa planta, mientras que Estados Unidos se conforma con un compromiso de que no será activada por el momento.
Un diplomático iraní que participa en las negociaciones ha afirmado esta tarde que "el acuerdo está muy cerca", pero añadió que "tenemos que encontrar palabras comunes que puedan llevarnos adelante". EFE