Los ultranacionalistas ucranianos se atribuyen todo el mérito de la victoria en la revolución que acabó con el régimen de Víktor Yanukóvich y advierten a la clase política ucraniana de que tendrá que contar con ellos en la nueva Ucrania.
"Sector de Derechas ha jugado un papel fundamental en la revolución. Sólo en nuestro destacamento, dos de los nuestros han desaparecido en los enfrentamientos, y lo mismo pasa en otros grupos. Dicen que los antidisturbios escondieron los cuerpos de los muertos que se quedaban en su territorio", dijo a Efe Ígor, uno de los líderes de esta organización.
Principal fuerza de choque de los manifestantes en los enfrentamientos de la semana pasada en Kiev, Sector de Derechas es una organización que aglutina a varios grupos de ultraderechas, incluidos seguidores ultras de equipos de fútbol.
Todavía se contaban los muertos en los disturbios cuando el aún presidente Yanukóvich y los tres líderes de la oposición en el Parlamento firmaron el 21 de febrero un acuerdo de paz que contemplaba la creación de un Gobierno de unidad nacional, sin vencedores ni vencidos.
Esa misma noche, Sector de Derechas y las facciones más combativas de las llamadas autodefensas del Maidán (como se conoce el movimiento popular de protestas y resistencia callejera contra el régimen), lanzaron un ultimátum a los líderes políticos: nada de acuerdos con Yanukóvich y su gente o volverá a correr la sangre.
Al día siguiente, Yanukóvich ya había huido al este del país, entregando de facto todo el poder a sus opositores políticos, y el recién nombrado ministro de Interior, Arsén Abákov, invitaba a los líderes y militantes del Sector de Derechas a integrarse en las nuevas fuerzas del orden ucranianas.
Muchos reaccionaron incrédulos a la oferta, pero como quedó demostrado en la noche del 21 de febrero, las nuevas autoridades ucranianas se sienten débiles ante los radicales, a los que les abrieron las puertas de las instituciones del Estado por su determinación de luchar.
"Ninguno de ellos -ni Batkivschina, ni UDAR ni Svoboda- han participado realmente en la revolución. Aunque sí lo han hecho algunos de sus simpatizantes, la cúpula no hizo más que frenar la revolución con sus negociaciones con Yanukóvich", recuerda Ígor, uno de los líderes del destacamento "Patriota" del Sector de Derechas.
No sólo los políticos les temen, también muchos ciudadanos de a pie que ven en su ascenso la capitulación de la política moderada ante facciones violentas con ideas próximas al nazismo.
Los nombres de algunas organizaciones que forman Sector de Derechas hablan por sí solos: Patriotas de Ucrania, la Asamblea Nacional-Social o Tridente.
"Nos acusan de extremistas, de que queremos derramamiento de sangre, pero lo que queremos es un cambio en el poder. Nos gustaría conseguirlo por la vía pacífica, pero nos disparan y no nos queda más remedio que responder", responde Ígor a las acusaciones.
Asegura que lo que define ideológicamente la organización es un "nacionalismo ucraniano autosuficiente", que no necesita ni quiere inspirarse en ideologías del pasado.
"No es fascismo ni nazismo. La cuestión de los fascismos es para los historiadores, porque todo lo que habrá en el futuro será diferente", explica este combatiente, respaldado por una decena de compañeros bien armados y con la cara oculta tras un pasamontañas.
Apostados en la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania, exigen la liberación de una veintena de nacionalistas detenidos durante los tres meses de protestas populares contra Yanukóvich.
"Veintitrés personas siguen encarceladas, todas ellas líderes de las organizaciones que han hecho la revolución. Ahora podrían encabezar el Maidán, que no tiene un líder, porque la mayoría de sus verdaderos dirigentes sigue en prisión", recalca Ígor.
Buscan reconocimiento social y representación política en la nueva Ucrania, "no como un grupo de jóvenes que quiere sangre", sino como gente que quiere "cambios en el país" y una renovación completa en el Parlamento.
"Todos los que están ahora en la Rada, tanto los que estuvieron con Yanukóvich como la oposición", que ha asumido ahora el mando, "son los mismos que han estado siempre", concluye Ígor. EFE