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Más de 120 muertos en represión de protestas islamistas en El Cairo

Martes, 13 de agosto de 2013 a las 07:30 pm
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Al menos 124 personas murieron en una operación de las fuerzas de seguridad egipcias para desalojar dos plazas ocupadas por partidarios del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi.

El baño de sangre desencadenó una ola de protestas internacionales, tanto de países occidentales como musulmanes.

Otras regiones fueron escenario de incidentes, con enfrentamientos en Alejandría (norte) y el incendio de tres iglesias cristianas coptas en el centro del país.

El gobierno instalado tras el derrocamiento de Mursi, el 3 de julio, declaró por la tarde el estado de emergencia durante un mes.

Las autoridades habían prometido un desalojo "gradual" de las plazas Rabaa al Adawiya y Al Nahd, ocupadas desde hace un mes y medio por miles de islamistas que reclaman el retorno de Mursi, cuya detención fue prolongada el lunes por otros 15 días.

Pero las tropas policiales y militares, reforzadas con topadoras, rodearon por sorpresa al amanecer los parques y empezaron a avanzar disparando gases lacrimógenos contra las tiendas de campaña, que albergaban a numerosas mujeres y niños.

A primeras horas de la tarde, un periodista de la AFP contó 124 cadáveres –muchos con impactos de bala– en la morgue improvisada junto a la plaza Rabaa.

Se carece hasta ahora de informes sobre el desmantelamiento del campamento de Al Nahda, donde según el ministerio del Interior la operación ya concluyó. Periodistas de la AFP vieron en las inmediaciones de ese lugar cuatro cadáveres, algunos calcinados.

Los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi, afirman que la represión dejó 2.200 muertos y más de 10.000 heridos. El balance de las autoridades es de 56 muertos.

En el hospital de campaña cerca de la plaza Rabaa, los médicos se veían desbordados y abandonaban los casos más desesperados para ocuparse de los heridos con más posibilidades de sobrevivir.

El acceso a la plaza estaba prohibido a los periodistas, pero se seguía escuchando el ruido de armas automáticas y los gases lacrimógenos caían a raudales sobre las tiendas de campaña, mientras los altavoces de la plaza difundían cánticos religiosos a todo volumen. /AFP

Miércoles, 14/08/2013