Para más de 1,3 millones de personas que han estado sin empleo en Estados Unidos por más de seis meses la temporada de fiestas llega hoy a un fin duro con la cancelación del subsidio pagado por el Gobierno federal.
La privación es resultado de un pacto entre republicanos y demócratas en el Congreso sobre el presupuesto federal, que omitió la extensión de los subsidios creados en 2008 para paliar los efectos de la recesión más profunda y prolongada en EE.UU. en casi ocho décadas.
Los demócratas han prometido que en enero, cuando reanude sus sesiones el Congreso, introducirán proyectos de ley para restablecer el subsidio federal sin el cual otros 3,6 millones de personas perderán el beneficio hacia fines de 2014.
Los republicanos, que dominan la Cámara de Representantes, consideran sin embargo que han desaparecido las razones para seguir renovando indefinidamente estas ayudas.
En su última rueda de prensa del año, el presidente Barack Obama instó a los republicanos a trabajar con los demócratas con el objetivo de prorrogar las ayudas rápidamente al menos por otros tres meses.
El subsidio por desempleo pagado tradicionalmente por los estados en EE.UU. cubre hasta 26 semanas. La prestación federal cubría durante un tiempo más a quienes permanecían en situación de desempleo pasado ese plazo.
Durante la recesión entre diciembre de 2007 y julio de 2009 la mayor economía del mundo perdió casi 8,4 millones de puestos de trabajo y para millones de personas la reactivación no ha resuelto su desempleo prolongado.
De acuerdo con el grupo de estudio Economic Policy Institute, de Washington, la proporción de trabajadores que han estado sin empleo por más de seis meses subió de 17,6 % antes de la recesión a más del 45,6 por ciento en el segundo trimestre de 2010, y allí se ha mantenido hasta ahora.
El Congreso ha aprobado once veces la extensión del subsidio federal por desempleo pero, con datos que documentan la mejoría económica, los republicanos han argumentado que el programa ya no se necesita y que cortarlo forzará a los desempleados a buscar activamente trabajo.
Un estudio de la Oficina de Presupuestos del Congreso y otro del banco J.P. Morgan indican que la terminación del programa podría deducir entre 0,2 y 0,4 puntos porcentuales del crecimiento de la actividad económica y que el país perderá en 2014 unos 240.000 empleos debido a la reducción de la demanda.
La terminación del subsidio federal por desempleo asesta un segundo golpe a algunos de los segmentos más necesitados del país a quienes hace un par de meses el Congreso recortó los cupones de alimentos.
El índice de desempleo en EE.UU. alcanzó una cima en la Gran Recesión del 10 por ciento en octubre de 2009 y desde entonces ha ido bajando lentamente a un 7 por ciento en noviembre pasado.
Según el Gobierno del presidente Barack Obama, el sector privado ha creado empleos por 45 meses consecutivos con un total de 8,1 millones de puestos de trabajo, 2,3 millones de ellos añadidos en los últimos 12 meses.
Pero una alta proporción de esos empleos nuevos son de tiempo parcial, sin beneficios como el seguro médico, el pago de horas extra o de licencia, empleos precarios que para muchas personas no compensan los gastos derivados de aceptar esos empleos como el transporte, la vestimenta adecuada o el cuidado de los niños en la casa.
"El desempleo ha bajado para todos los tipos de trabajadores pero sigue siendo inaceptablemente alto", señaló el presidente del consejo de asesores económicos de la Casa Blanca, Jason Furman, en declaraciones a la prensa.
"La razón por la cual esto es inaceptable no está en el desempleo de corto plazo, que ha retornado a los promedios anteriores a la crisis", añadió.
"El problema está en el desempleo de largo plazo que está un 2,6 por ciento por encima de cualquier tasa de desempleo de largo plazo registrada desde 1948 hasta la Gran Recesión", advirtió. EFE