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Mayoría silenciosa de Hong Kong, contra protestas

Martes, 07 de octubre de 2014 a las 07:30 pm
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AP

Cuando Beijing reprimió una protesta estudiantil en la Plaza de Tiananmen en 1989, Bobby Yim estaba entre los muchos que, en Hong Kong, simpatizaron con los manifestantes y denunciaron con rabia al gobierno chino. Pero 25 años más tarde, su punto de vista sobre China ha cambiado — y no pudo reunir ningún apoyo para los estudiantes que ahora reclaman reformas democráticas en su propia ciudad.

"Si, el gobierno chino estaba equivocado entonces. Pero éramos muy emocionales. Mirando atrás, si los estudiantes hubiesen ganado, ¿China estaría dónde está ahora?", dijo Yim, un gestor de seguros retirado que paseaba por un centro comercial en la Plaza Taikoo, a unas pocas paradas de metro del principal centro de la protesta. Sin embargo, allí no hay casi señales de la tormenta que ha agitado a Hong Kong.

"Los chicos que están ocupando las calles ahora están arruinando la sociedad. Creo que la economía y la vida de las personas son más importantes que lo que están pidiendo", añadió. "Los tolero, pero solo hasta cierto punto".

El punto de vista de Yim es compartido por muchos de la generación más mayor en esta ciudad de 7 millones de habitantes, que ha estado profundamente dividida sobre las protestas prodemocracia lideradas por estudiantes que reclamaban tener más opinión en la próxima elección del jefe ejecutivo del territorio.

La escala y la juventud del movimiento, el mayor y más dramático desde que la ex colonia británica volviese a manos chinas en 1997, ha captado la atención del mundo, pero muchos residentes que se consideran mayores y más sabios ha permanecido observando con escepticismo.

Estos opositores a las protestas — que por lo general son clase media, mediana edad y orgullosamente pragmáticos —, se molestan ante la idea de que los adolescentes y veinteañeros que hacen campaña en las calles representen a Hong Kong. Se hacen llamar la "mayoría silenciosa" y, aunque la mayoría no se identifican con el Partido Comunista de China, son algunos de los mejores aliados de Beijing en la ciudad y han abrazado el modelo continental que prioriza el desarrollo económico sobre las reformas políticas.

Uno de los argumentos más repetidos en el bando contrario a las protestas es que con su creciente integración en la economía continental, Hong Kong no puede permitirse enfadar a Beijing. También sostienen que las reformas políticas no pueden producirse a costa de una crisis económica, y que una democracia al estilo occidental no arreglará rápido los problemas de la ciudad, que van desde una cruda desigualdad económica a la escasez de viviendas asequibles.

"Esto es muy romántico, pero ¿qué pasará con nuestras vidas? La gente quiere democracia, no vandalismo", dijo Robert Chow, un ex presentador de radio que cofundó la campaña Mayoría Silenciosa por Hong Kong el pasado verano, cuando aparecieron las primeras amenazas de un movimiento de desobediencia civil.

Chow, que también es el portavoz de una alianza política partidaria de Beijing, cree que la mayoría de los residentes están a favor de la democracia pero prefieren un cambio gradual y ordenado. La mayoría de las opiniones de sus seguidores suenan sorprendentemente parecidas a la propaganda estatal china, que destaca la importancia de la armonía social y la estabilidad económica.

Pero Chow rechazó la idea de que todos los contrarios a las protestas eran partidarios de Beijing, y dijo que sus seguidores eran de todas las clases sociales.

"Los manifestantes, básicamente, se han tomado la ley por su mano", dijo. "En este momento, la gente de a pie está sufriendo".

Chow dijo que una petición del año pasado rechazando el movimiento Occupy Central — un grupo político de base que sugirió por primera vez el bloqueo de calles como táctica — obtuvo 1,5 millones de firmas, lo que representa a uno de cada cinco habitantes de Hong Kong. Los rivales han apuntado que los números no son representativos porque todo el mundo, incluyendo turistas, podían firmar.

Por el momento, parece que el campamento de Chow ha ganado. El apoyo a las protestas está cayendo rápido entre los residentes, que salieron en masa a la calle para oponerse a las restricciones de Beijing sobre los candidatos en las primeras elecciones de su historia al líder territorial, prometidas para 2017.

El número de manifestantes aumentó a decenas de miles después del 28 de septiembre, cuando la policía disparó gas lacrimógeno y espray de pimienta a activistas desarmados y en su mayoría pacíficos. Pero después de que una multitud ocupase las calles paralizando la actividad en la ciudad en tres zonas durante días, y tras el compromiso de diálogo con las autoridades, el número de manifestantes en la calle se ha reducido a una presencia casi testimonial.

2014-10-08