EFE
Miles de ciudadanos rindieron hoy tributo en la capital de Portugal a los militares que protagonizaron el golpe militar del 25 de abril de 1974, en un acto de marcado tono crítico con el gobierno conservador y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
La iniciativa tuvo una gran carga simbólica, ya que se llevó a cabo en el Largo do Carmo, frente al cuartel donde hoy hace justo 40 años los soldados sublevados lograron la rendición del entonces primer ministro -heredero del régimen-, Marcello Caetano, para poner así fin a la dictadura y facilitar la llegada de la democracia.
El presidente de la Asociación 25 de Abril -entidad que reúne a los militares que estuvieron envueltos en el levantamiento-, Vasco Lourenço, pronunció un encendido discurso en el que censuró duramente la actitud del Ejecutivo.
"O la política cambia urgentemente y se invierte el camino de la sumisión, la austeridad y el empobrecimiento del país, o este Gobierno tiene que ser apeado -del poder- sin dudarlo", defendió.
Mientras se celebraba este acto en la calle, en el Parlamento los portavoces de todas las fuerzas parlamentarias lusas y las mayores autoridades del país -incluido el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva- se congregaron en la tradicional ceremonia oficial para conmemorar la llamada Revolución de los Claveles.
La Asociación 25 de Abril fue invitada a acudir a este homenaje, aunque volvió a declinar participar este año debido a la negativa de la presidenta del Parlamento, Assunçao Esteves, a permitir que Vasco Lourenço subiera al estrado para dirigirse a los presentes.
Como muestra de apoyo a sus reivindicaciones, el histórico dirigente socialista Mário Soares, quien fue primer ministro (1976-1978) y jefe del Estado (1986-1996), tampoco asistió a la sesión oficial en el Parlamento y acompañó a los militares del 25 de abril.
Vasco Lourenço, uno de los impulsores del golpe de Estado de hace 40 años, alertó hoy de que por causa de las severas políticas de austeridad aplicadas durante los tres últimos años, Portugal se ha convertido "en un barril de pólvora" a punto de explotar.
"Tenemos que ser capaces de aprovechar las armas de la democracia y mostrar la tarjeta roja a los responsables de cómo está hoy el país para expulsarlos del campo", clamó.
La concentración en el Largo do Carmo, en pleno corazón de Lisboa, homenajeó de forma específica a Fernando Salgueiro Maia, el capitán del Ejército luso que lideró al grupo de militares que rodeó el cuartel en el que se protegía Marcello Caetano un 25 de abril de 1974.
Salguero Maia es uno de los héroes de la Revolución, y suya es una frase pronunciada ante sus hombres al inicio del levantamiento que ya pasó a la historia: "Señores míos, como todos saben, hay varias formas de Estado: el Estado social, el Estado corporativo, y el estado al que hemos llegado. Ahora, en esta noche solemne, vamos a acabar con el estado al que hemos llegado".
Además, Salguero Maia fue también protagonista del momento de mayor tensión del golpe, al situarse, solo, con un pañuelo blanco, frente a cinco blindados de las fuerzas todavía leales al régimen.
El oficial al mando ordenó abrir fuego contra el capitán insurrecto, aunque sus propios subordinados se negaron a hacerlo, certificando definitivamente el fin de una dictadura que se prolongaba desde hacía ya casi medio siglo. EFE