El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que dará otra batalla para buscar la despenalización del comercio internacional de la hoja de coca, tras haber logrado en 2013 que Naciones Unidas reconozca como lícito el hábito del masticado de esa planta de los campesinos e indígenas bolivianos.
"Es la segunda batalla que hay que librar. Estamos preparados", dijo el mandatario en un discurso ante un sector de comerciantes de hoja de coca en el pueblo de Yacuiba, fronterizo con Argentina.
El gobernante sostuvo que el objetivo es "despenalizar a nivel internacional" la circulación de la hoja de coca.
La planta tiene en Bolivia usos industriales y culturales reconocidos y protegidos por la Constitución, pero la coca también se usa como materia prima para la producción de la cocaína.
El 12 de marzo de 2013, la ONU aceptó el reingreso de Bolivia a la Convención sobre Estupefacientes de 1961 con una salvedad sobre la práctica del masticado de coca o "acullicu", que estaba vetada hasta entonces en ese documento.
No obstante, el organismo internacional mantiene la prohibición del comercio internacional de la planta porque contiene alcaloides que permiten fabricar la cocaína.
Morales, que sigue siendo máximo dirigente de los cocaleros de la zona central del Chapare, dijo que en sus recientes viajes a Europa en algunos países le ofrecieron licores hecho en base a coca y que, a su juicio, seguramente se elaboraron de forma reservada.
"Pese a la criminalización de la hoja de coca en este momento siguen llevando coca a Europa", dijo el mandatario.
Al mismo tiempo, ratificó que seguirá combatiendo el narcotráfico con una política que ha tenido resultados sin la ayuda de la agencia estadounidense antidroga DEA, que fue expulsada en 2008 acusada de estar supuestamente vinculada a una conspiración política.
Las fuerzas antidroga de Bolivia decomisaron en 2015 alrededor de 20,6 toneladas de cocaína, 83 toneladas de marihuana y destruyeron 11.025 hectáreas de cultivos ilegales de hoja de coca. /EFE
2016-01-01