Al menos 35 insurgentes murieron en un bombardeo del Ejército de Pakistán sobre el área tribal de Waziristán del Norte, en el noroeste del país, informaron hoy fuentes militares.
"Hay informes que confirman la muerte de 35 insurgentes, incluidos extranjeros, en estos ataques", dijo un alto mando militar al canal local Geo.
Fuentes no identificadas aseguraron a Geo que entre los fallecidos en el bombardeo se encuentra el comandante talibán Abdul Sattar, quien supuestamente planificó el atentado a un furgón policial en la ciudad meridional de Karachi el 13 de febrero, en el que murieron trece policías y otras 40 personas resultaron heridas.
Según un comunicado de las Fuerzas Armadas recibido con anterioridad por Efe y que confirmaba hasta entonces la muerte de 15 islamistas, la operación tuvo lugar en la zona de Miralí y en ella "fueron destruidos enormes alijos de armas y municiones".
Las dificultades de acceso a los remotos y montañosos enclaves del noroeste del país hacen casi imposible contrastar con fuentes independientes los datos aportados por el aparato de seguridad sobre los frecuentes combates con la insurgencia islamista.
El operativo aéreo se produjo al día siguiente de la muerte de un oficial del Ejército en un tiroteo con los talibanes cerca de la localidad noroccidental de Pesháwar y tras el fallecimiento el lunes de otro militar en la vecina zona tribal de Waziristán del Sur.
Hace un mes, los militares anunciaron la muerte de una treintena de insurgentes, entre ellos numerosos extranjeros, en una serie de bombardeos aéreos en Waziristán del Norte lanzados también en días posteriores a acciones insurgentes contra las Fuerzas Armadas.
Una nota difundida el miércoles por el servicio de relaciones públicas de la institución armada remarcó que 460 "inocentes" han muerto desde septiembre pasado, cuando los partidos políticos decidieron mayoritariamente promover el diálogo con la insurgencia talibán.
El Gobierno paquistaní comenzó hace dos semanas conversaciones formales con el principal grupo talibán del país, el TTP, pero el proceso quedó suspendido por la negativa de los emisarios gubernamentales a continuar hasta que no haya un alto el fuego de los integristas.
Desde que empezaron las negociaciones, medio centenar de personas ha muerto en acciones del TTP y sus aliados, mientras cunde el escepticismo sobre el resultado de un proceso de diálogo que, según numerosos analistas y diplomáticos extranjeros, es reprobado por el Ejército.
Pakistán ha experimentado el último año un notable incremento de la actividad terrorista y se ha roto una tendencia a la baja iniciada en 2010.
De acuerdo con un informe del Instituto Paquistaní de Estudios de Paz, el año pasado se cometieron en el país asiático más de 1.700 atentados -un 61 % de ellos perpetrado por el TTP y sus aliados- en los que murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012. EFE