Jill Kelley, una residente de la alta sociedad de Tampa (Florida), presentó hoy una demanda contra el FBI y el Pentágono argumentando que se violó su derecho a la privacidad en la investigación del escándalo sexual del dimitido director de la CIA, David Petraeus.
Tras presentar la demanda en un tribunal federal en Washington, Kelly explicó en una declaración escrita que las autoridades de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y del Pentágono filtraron indebidamente su nombre a la prensa, ocasionando una publicidad "altamente hiriente y dañina" en su contra.
Kelley, amiga de la familia Petraeus, había denunciado a un amigo del FBI que había recibido correos electrónicos amenazantes, que posteriormente se descubrió que provenían de Paula Broadwell, amante del exdirector de la CIA.
Kelley reiteró hoy que esos correos electrónicos "sacudieron mi vida y en última instancia cambiaron el liderazgo en nuestro país".
La mujer explicó que, siguiendo el consejo de líderes militares, acudió a las autoridades "en busca de la protección apropiada para mi familia, nuestros comandantes y principales funcionarios estadounidenses".
"Pero desafortunadamente, no recibimos la confidencialidad y la protección. En vez, recibimos una publicidad altamente hiriente y dañina debido a filtraciones voluntarias de funcionarios gubernamentales de alto nivel que eran falsas y difamatorias", argumentó.
Sus correos electrónicos, añadió, fueron indebidamente revisados y divulgados.
"Ese fatídico día de hace un año me ha convertido en una defensora del derecho a la vida privada para todo estadounidense… mientras nuestras leyes y prácticas no resguarden verdaderamente nuestra privacidad y protección, seguiré abogando por reformas, para que nadie más atraviese lo que mi familia y yo sufrimos", enfatizó.
En la demanda de 65 páginas, Kelley y su esposo, Scott Kelley, figuran como demandantes, aunque el documento no identifica a ningún funcionario del FBI o el Pentágono en particular.
Según la demanda, el FBI y el Pentágono violaron su obligación de proteger la "privacidad, dignidad, reputación y seguridad" de los Kelley y, en cambio, "fomentaron una campaña maligna" que les ha acusado a la pareja y a sus tres hijas una "tremenda" carga emocional y financiera.
Los Kelley buscan una disculpa de las autoridades y una compensación financiera no especificada. El Departamento de Justicia no ha hecho comentarios sobre la demanda.
En el transcurso de la investigación sobre el amorío de Petraeus, el FBI revisó hasta 30.000 páginas, la mayoría correos electrónicos, y descubrió correspondencia "potencialmente inapropiada" entre Kelley y el general John Allen.
Allen negó haber tenido alguna relación sexual con Kelley y, aunque una investigación posterior lo eximió de cualquier conducta indebida, éste anunció su jubilación de las Fuerzas Armadas en febrero pasado.
Petraeus, que asumió su cargo al frente de la CIA en septiembre de 2011, dimitió en noviembre del año pasado tras el destape de la relación extramatrimonial con Broadwell, autora de su biografía titulada "All In: The Education of General Petraeus".
Petraeus, general de cuatro estrellas retirado y el más laureado de los tiempos recientes, se distinguió por su amplio conocimiento de Irak y Afganistán.
Fue también el artífice de la estrategia en Irak que contribuyó a a la reducción de la violencia en el país árabe después de que el entonces presidente George W. Bush (2001-2009) lo nombrara máximo responsable militar estadounidense de la Fuerza Multinacional en enero de 2007, cargo que ocupó hasta septiembre de 2008. EFE