Un show comandado por estrellas de la canción brasileña marcó la ceremonia de cierre de la Copa Confederaciones en el mítico estadio Maracaná, "blindado" por el mayor despliegue policial de la historia deportiva de Brasil.
El show, que incluyó al cantautor Jorge Ben Jor, la cantante Ivete Sangalo y bailarines de una "escuela de samba" del Carnaval local, fue aplaudido por la hinchada "verdeamarela" que llegó al estadio temprano y protagonizó una fiesta antes de la final entre Brasil y España.
La fiesta tuvo lugar en un Maracaná "blindado" por un gigantesco despliegue de fuerzas de seguridad, que movilizó en total a 10.000 efectivos de la policía militarizada, de la Fuerza Nacional y de las tres Fuerzas Armadas.
El cordón policial logró impedir el acercamiento al estadio de unos 4.000 manifestantes que protestaban contra la corrupción y los millonarios gastos públicos en el torneo y en el Mundial de fútbol de 2014.
El cerco del Maracaná se inició alrededor del mediodía -siete horas antes del inicio de la final entre Brasil y España- y logró frustrar el intento de los participantes de la marcha de superar el límite de la "zona de exclusión".
Ante la imposibilidad de acercarse al estadio, los protestantes vinculados a la organización Comité Popular de la Copa recorrieron calles vecinas al Maracaná a los gritos de "No va a haber Copa", en referencia al Mundial del próximo año.
Más éxito obtuvieron manifestantes vinculados al grupo autodenominado Frente Nacional de Aficionados, que ocuparon por algunas horas en la mañana de hoy uno de los edificios de la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
La protesta se destinó a demandar la renuncia de José Maria Marin al comando de la entidad y del comité organizador local del Mundial de 2014 (COL).
"Queremos su salida por falta de aptitud moral, por su incapacidad administrativa y por ser un cachorro de la dictadura", expresó el líder del grupo, Joao Herminio Marques, en referencia a las denuncias según las cuales Marin -un político vinculado al régimen militar brasileño (1964-85)- fue el autor de la denuncia que llevó al arresto y a la muerte bajo tortura de un respetado periodista brasileño, Vladimir Herzog, en 1975.
"El gobierno brasileño debe imponer la salida de Marin del COL, (porque), al final, un cachorro de la dictadura no puede conducir el Mundial", sostiene un documento divulgado por los manifestantes.
También se han registrado protestas en la ciudad nororiental de Salvador de Bahía, en las inmediaciones del estadio donde se jugó el partido entre Uruguay e Italia por el tercer puesto de la Copa Confederaciones./DPA