AP
Pese a que las negociaciones avanzan a paso de tortuga, el presidente estadounidense Barack Obama rechazó las insinuaciones de que un acuerdo comercial Asia-Pacífico corra peligro. Pero aseguró que Estados Unidos y Japón deben tomar medidas osadas para superar las diferencias que obstaculizan ese pacto, núcleo de su estrategia para estabilizar la región.
Como un ejemplo de dichas dificultades, el jefe del equipo negociador japonés dijo el jueves que las conversaciones se habían paralizado y poco más tarde un funcionario estadounidense aseguró que continuarían.
Junto al primer ministro nipón Shinzo Abe, Obama también aseguró que Estados Unidos defenderá a su aliado asiático en cualquier enfrentamiento potencial con China en torno a un archipiélago disputado. Pero a la vez, instó a ambas partes a resolver pacíficamente la prolongada disputa que ha aumentado las tensiones entre los dos países.
En el primer día completo de su gira por cuatro países de Asia, Obama instó a resolver los desacuerdos de su país con Japón sobre el acceso a los mercados agrícola y automovilístico, cuestiones que amenazan el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica. El tratado, que involucra a 12 naciones, es un componente clave de los esfuerzos de Obama por afirmar la influencia estadounidense en Asia en vista de la creciente ascendencia china en la región.
"Este es el momento de tomar las medidas osadas que hacen falta para lograr un acuerdo amplio, y sigo creyendo que podemos hacerlo", dijo Obama en una conferencia de prensa conjunta con Abe en el Palacio Akasaka. "Todos nosotros tenemos que apartarnos de lo que más cómodo nos resulta y no esperar que vayamos a tener acceso a un mercado acceso sin permitir el acceso al propio".
Obama enfrenta firme oposición en Estados Unidos al tratado, incluso de grupos sindicales que temen que deje a los trabajadores estadounidenses vulnerables a la competencia de los de otros países que ganan sustancialmente menos. Los demócratas en el Congreso también se oponen a dar a Obama una autoridad que dificulte a los legisladores modificar el pacto. En cambio los grupos empresariales apoyan firmemente el acuerdo por considerar que crearía empleos y abriría nuevos mercados a los productos estadounidenses.
Akira Amari, el jefe del equipo negociador japonés a las conversaciones sobre el pacto, afirmó el jueves por la tarde que las conversaciones con el negociador estadounidense Michal Froman "se han parado por ahora" y que no se esperaba que se reanudaran "inmediatamente".
"Todavía persisten las viejas dificultades", afirmó.
Pero poco después, un funcionario de Obama dijo que las conversaciones seguirían hasta la noche.