El presidente de EE.UU., Barack Obama, urgió hoy al Congreso a aprobar una ley con fondos "suficientes" para combatir el zika, al subrayar que su petición de 1.900 millones de dólares se basa en evaluaciones de expertos en salud sobre los recursos necesarios para la respuesta al virus.
Obama recibió en el Despacho Oval a las principales autoridades de salud del país para analizar los esfuerzos gubernamentales contra el virus.
La evolución del zika "no es algo sobre lo que hay que entrar en pánico, pero sí tomarlo seriamente, tenemos que empezar a movernos", dijo el presidente en unas breves declaraciones a los periodistas al término de la reunión.
El Congreso "tiene que darme una ley" que contenga "fondos suficientes", subrayó Obama al urgir a los legisladores a que actúen antes del siguiente receso legislativo, que comenzará a finales de la semana próxima.
El Senado aprobó este jueves un proyecto de ley que otorgaría 1.100 millones de dólares a la lucha contra el virus y la Casa Blanca se ha mostrado dispuesta a aceptar esa cantidad, aunque es inferior a los 1.900 millones solicitados por Obama.
Dos días antes, la Cámara de Representantes sacó adelante otro proyecto legislativo que asigna 622,1 millones de dólares a la lucha contra el zika, de los cuales 352,1 millones son fondos destinados originalmente al brote del ébola de 2014 y 270 millones son recursos sobrantes del Departamento de Salud.
La Casa Blanca ha adelantado que Obama vetaría la propuesta de la Cámara Baja si finalmente sale adelante, porque la considera insuficiente.
Según afirmó hoy el gobernante, el proyecto de la Cámara Baja no contiene fondos "nuevos", así que es "como desnudar a un santo para vestir a otro".
El trabajo que está realizando el Gobierno para combatir la propagación del virus y desarrollar una vacuna y mejores pruebas de diagnóstico "cuesta dinero", enfatizó el presidente al detallar que su petición de 1.900 millones "se basa en evaluaciones de salud pública".
En la reunión en el Despacho Oval participaron la secretaria de Salud, Sylvia Burwell, los directores de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y de los Institutos Nacionales de Salud, Thomas Frieden y Anthony Fauci, respectivamente, y el vicepresidente, Joseph Biden.