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Casi 2.000 migrantes y refugiados perdieron la vida en las aguas del mar Mediterráneo en lo que llevamos de año, según cifras que divulgó este martes la ONU, que instó a los países a mejorar la seguridad de las rutas migratorias y a ofrecer vías legales para llegar a los países de destino.
Tres naufragios ocurridos en los últimos días elevaron el número de víctimas mortales a 1.985, una cifra alarmante pero, sin embargo, inferior a los 2.911 registrados a mediados de junio en 2016, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
El primero y más grave de los incidentes acabó con la vida de 129 inmigrantes cuando la barcaza con la que partieron de Libia fue interceptada por piratas que robaron su motor.
Un grupo de supervivientes alertó a las autoridades italianas de que habían visto una embarcación partirse por la mitad y hundirse con 85 sirios y marroquíes a bordo. Tanto el ACNUR como la OIM esperan confirmación del total de decesos provocados por el hundimiento de este segundo barco.
Además, en las últimas horas desaparecieron siete inmigrantes en otro naufragio, según denunciaron los supervivientes del siniestro que desembarcaron el lunes 19 de junio en Messina, la isla italiana de Sicilia.
"Si se confirman las muertes de los dos últimos naufragios, este será el cuarto año consecutivo en que el total de muertos en el Mediterráneo superan los 2.000″, señaló Joel Millman, portavoz de la OIM.
En total, 81.292 migrantes y refugiados entraron a Europa por mar en 2017 y un 85 % de ellos los hicieron por la costa italiana, un número mucho menor de llegadas que en 2016, cuando, a estas alturas de año, más de 215.000 personas lograron cruzar el Mediterráneo.
Según la Agencia de la ONU para la Migración, al menos 4.860 migrantes fueron rescatados en la costa norteafricana en los últimos cuatro días, 775 de ellos en tan solo un día.
2017-06-20