EFE
La posibilidad de una séptima candidatura a la Presidencia del actual mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, para buscar su cuarto mandato y tercero consecutivo, está cada vez más cerca con la aprobación de unas polémicas reformas a la Constitución que lo habilita a aspirar a una nueva reelección.
Los sandinistas, que cuentan con mayoría absoluta en el Congreso, aprobaron este martes en definitiva un proyecto de reforma constitucional propuesto por el oficialismo que le confiere mayores poderes a Ortega y lo habilita a presentarse a un cuarto mandato y tercero consecutivo en las elecciones de noviembre de 2016.
Ortega, que retornó al poder en enero de 2007 tras haber ganado con el 38 % de los votos las elecciones de noviembre de 2006 frente a dos fuerzas liberales conservadoras divididas, mantiene un alto nivel de popularidad, sobre todo entre jóvenes y clases menos favorecidas, según las encuestas.
En las elecciones de 2011, pese a que la Constitución lo prohibía, se presentó como candidato a la Presidencia gracias a una maniobra jurídica con la que burló la norma constitucional que se interponía entre él y su objetivo de mantenerse en el poder cinco años más.
Los magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia, sin presencia de magistrados opositores, declararon en octubre de 2009 inaplicable el artículo de la Carta Magna que impedía la reelección continua del presidente y limitaba a dos su número de mandatos.
Ortega fue reelegido en 2011 con 62,45 % de los votos tras una cuestionada candidatura y una jornada electoral plagada de denuncias de irregularidades.
Ahora la modificación constitucional establece la reelección presidencial indefinida, la posibilidad de elegir al presidente en primera vuelta y con mayoría simple de votos y faculta al jefe del Estado para emitir decretos ejecutivos con fuerza de ley, entre otras cosas.
No obstante, pese a que la enmienda constitucional le allana el camino a aspirar a una nueva candidatura, Ortega, quien se encuentra en La Habana participando en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), se ha resistido a confirmar si aspira a ser reelegido.
Sin embargo, su esposa, Rosario Murillo, quien ejerce el 50 % del poder en Nicaragua delegado por el mandatario, afirmó en septiembre de 2012 en un acto electoral de su partido que Ortega "tiene que ganar las elecciones en 2016″, con lo que asumiría el cargo en enero de 2017.
Los críticos de Ortega lo acusan de autoritario y de pretender perpetuarse en el poder, a como lo hizo la familia de la dinastía de los Somoza, que con mano de hierro y habilidad, además de absoluto poder político y militar, se aferró al poder de 1937 a 1979.
En tanto sus más fuertes detractores lo señalan de ser "caudillo", "dictador" y contar con una concentración de poder que amenaza a la democracia.
Analistas consultados por Efe opinaron que Ortega pretende imponer un modelo vertical y autoritario, en alianzas con militares y empresarios, en detrimento de la democracia representativa.
Para el analista político Emilio Álvarez Montalván, Nicaragua vive con el actual régimen sandinista una "edición más refinada" de dictadura, distinta a la de Somoza.
"Somoza gobernó con el 80 % de represión y el 20 % de corrupción, ahora (con Ortega) el porcentaje es al revés", sostiene el analista en su libro de memorias "Médico de vocación y aficionado en política", presentado recientemente.
Ortega es considerado por distintos sectores nacionales como el presidente con más poder desde el dictador Anastasio Somoza Debayle, debido a que su partido, el FSLN, domina los cuatro poderes del Estado, así como la mayoría de Gobiernos municipales.
Además, es el jefe supremo de la Policía Nacional y del Ejército, y en las actuales reformas constitucionales estableció una alianza entre Ejecutivo, patronal y sindicatos.
El mandatario, de 68 años, lleva casi la mitad de su vida como líder indiscutible del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido del que ha sido su único candidato presidencial en los comicios de 1984, 1990, 1996, 2001, 2006 y 2011.
Ortega, un exguerrillero que luchó contra la dinastía de los Somoza, también gobernó Nicaragua de 1985 a 1990, y fue coordinador de la Junta de Gobierno de 1979 a 1984.