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El papa Francisco roció cenizas sobre las cabezas de prelados, monjas y feligreses durante la misa del Miércoles de Ceniza en la Basílica de San Pedro. El ritual señala el comienzo de la Cuaresma, un período de penitencia, oración y sacrificio en preparativo para la Pascua.
Las cenizas simbolizan la mortalidad. Los católicos en todo el mundo también celebran la fecha.
En su homilía, Francisco describió la Cuaresma como una etapa favorable "para entrenarnos en ser más sensibles y misericordiosos" hacia el prójimo. Agregó que la Cuaresma presenta la ocasión de practicar la sencillez y compartir con los demás.
El papa proclamó 2016 como el Año Santo de la Misericordia. Afirmó que la gente se hiere por el "mal que comete y padece" y necesita experimentar el perdón.
Desde que asumió en 2013, Francisco ha manifestado su deseo de que la Iglesia católica sea menos severa y crítica.
"El verdadero amor, de hecho, no es un acto exterior ni regalar algo de un modo paternalista para satisfacer la conciencia, sino aceptar a aquellos que necesitan nuestro tiempo, nuestra amistad, nuestra ayuda", afirmó el pontífice en su homilía.
A la misa asistieron unos 700 "misioneros de la misericordia" de los más de mil sacerdotes escogidos entre candidatos de todo el mundo para promover la visión papal de misericordia, en especial frente a aquellos que se han alejado de la Iglesia y que desean regresar a la grey. Después de la ceremonia debían viajar a sus asignaciones para predicar y recibir confesiones en Africa, Asia, América del Norte, el Oriente Medio y otros destinos durante el Año Santo, que se prolonga hasta el 20 de noviembre.
Este cuerpo selecto de confesores recibió permiso especial del papa para absolver los pecados extremadamente graves, normalmente asignados a obispos diocesanos o jerarcas del Vaticano. Entre estos pecados se encuentra la profanación de una hostia consagrada o la violación del secreto de confesión.
El aborto es otro de dichos pecados graves que según la Iglesia católica solo puede recibir la absolución de obispos o de sacerdotes designados especialmente. Pero el año pasado Francisco anunció que durante el Año Santo permite que todos los sacerdotes concedan dicha absolución a las mujeres arrepentidas.
Según las enseñanzas católicas, el aborto desencadena una excomunión automática cuando la persona está consciente de la penalidad.
Francisco dijo que algunas mujeres sintieron que no tenían otra opción que adoptar la decisión dolorosa del aborto.
2016-02-10