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Acompañado de los guardaespaldas papales con chalecos antibalas y miembros de la ONU con ametralladoras, el papa Francisco se presentó el domingo en la República Centroafricana y pidió a las facciones cristianas y musulmanas del país que bajen sus pistolas y en su lugar se armen de paz y perdón.
Francisco hizo su llamado desde un altar en la catedral de Bangui tras su llegada, a la severamente dividida capital, durante la escala final de su gira por tres naciones de África.
Niñas vestidas en el amarillo y blanco de la bandera de la Santa Sede, y mujeres en vestimenta tradicional africana blasonadas con el rostro del pontífice, se unieron a las autoridades gubernamentales y eclesiásticas para recibir a Francisco en el aeropuerto de Bangui en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
La multitud cubrió la ruta de unos cinco kilómetros (tres millas) del papamóvil. Las multitudes volvieron a crecer en un campamento de desplazados, en donde los niños le entonaron canciones de bienvenida y sostuvieron pancartas con las palabras: "Paz", "Amor" y "Unidad".
"Mi deseo para ustedes y todos los centroafricanos es la paz", dijo Francisco ante los casi 4.000 residentes del campamento religioso de St. Sauver, con la ayuda de un traductor a Sango, y luego comenzó el cántico: "Todos somos hermanos. Todos somos hermanos". /AP
2015-11-29